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El nuevo ‘mainstream(ing)’

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  • Nicolás Alvarado

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En la filmografía de Alfred Hitchcock, Rebecca (1940) es un título mayor. Su primera cinta hollywoodense, es también su única ganadora del Oscar, una de sus ocho inscritas en el National Film Registry estadunidense y una de las nueve que hacen de él el cineasta con más títulos en la lista de los 100 mejores thrillers del American Film Institute. Es, pues, tenida por un clásico. Y lo merece: por el realismo gótico de la fotografía de George Barnes, por la unidad tonal que Hitchcock logra dar a las actuaciones de una Joan Fontaine ingenua y nerviosa, un Laurence Olivier elegante y taciturno y una Judith Anderson desmesurada pero creíble, por el ritmo lúcido y contenido que le permite oscilar entre la ensoñación, la tensión y el frenesí sin extraviarse en el camino.

El remake de 2020 de Ben Wheatley –producido y recién estrenado por Netflix– no es una mala película: fotografiada en colores calidos, con un diseño de producción suntuoso, buenas actuaciones de Lily James, Armie Hammer y Kristin Scott-Thomas y una narrativa solvente, es, de hecho, muy correcta. Lo que no hace sino recordarnos cuán innecesaria resulta.

Un remake puede constituir el vehículo definitivo para insertar una historia en el panteón fílmico: es el caso poco conocido de El halcón maltés de John Huston, que es la tercera versión de la novela de Dashiell Hammett. También puede ergirse en cosa distinta: actualización a estándares más liberales (la Cabo de miedo de Scorsese) provocación revisionista (la Scarface de De Palma) o incursión en otro género (la primera y mejor versión musical de Nace una estrella, de Cukor). La Rebecca de Wheatley entra en otro supuesto: el de versión actualizada para un público ignorante de la historia del cine y las posibilidades de su lenguaje, que busca un entretenimiento con pátina de prestigio pero de fácil digestión.

No lo condeno: la nueva Rebecca cumple bien ese modesto propósito, acaso funcione como avenida para atraer a unos pocos a la superior primera versión y/o a la estupenda novela. Nomás no es cine sino, en la lectura más generosa posible, un producto de divulgación.

Instagram: @nicolasalvaradolector

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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