Y siguen Noroña y la mata dando, pero Gil no sabe cómo se quitará de encima la vergüenza el senador ante esta declaración que encontró en su periódico El Financiero: “la madre buscadora, Ceci Flores, criticó la medida de protección que dio la Fiscalía General de la República al senador, Gerardo Fernández Noroña, tras su pleito con Alito Moreno, dirigente PRI”.
Noroña ya había trapeado el piso de los pasillos del Senado con su reputación, en caso de que la tuviera, pero ahora se ha convertido simple y llanamente en un canalla y un cobarde. Y de inmediato a las redes: que no vinieron dos integrantes de la Guardia Civil para cuidarme: que sí, que no, el ruletero. No sea que Alejandro Moreno le vaya a dar otra bofetada. “Fueron seis contra uno en una acción concertada”, se quejó el senador.
Lean esto por favor: “Yo rasco tierra donde el gobierno se arrodilla ante el miedo. He pedido protección cuatro veces y me la han negado y este señor que solo tiene como enemigo su boca, ya tiene quien lo cuide”, así lo dijo la fundadora del Colectivo Madres Buscadoras de Sonora, en sus redes sociales. ¿Qué tiene usted que decir senador Noroña? Nada, mejor escóndase en su casa de Tepoz, wey, antes de que se la quiten.
Ceci Flores calificó como injusta la medida de protección y se dirigió a la presidenta Claudia Sheinbaum para decirle que “ojalá así cuidaran a nuestros niños o a quienes los buscamos”. Otro golpe muy duro, ahora contra la Presidenta, defensora del senador Noroña. Luego entonces, Noroña anunció que tomó la decisión de declinar la protección de la Fiscalía: “Acabo de platicar con los elementos de la Guardia Nacional y he decidido declinar la protección. Lo formalizaré mediante un oficio a la FGR”. Escriba su oficio y cuente como fue perseguido por Alejandro Moreno y seis temibles senadores que lo habrían molido a palos. Nada, lo protegen de los comuneros que le quitarán la casa de Tepoz, wey.
El patio de mi casa es particular
Los que estén sentados, párense; los que estén parados siéntense. Según una investigación de Eduardo Buendía y Vanessa Cisneros, documentos obtenidos en el Registro Público de la Propiedad de Morelos revelan que el predio en el que se encuentra la casa de Gerardo Fernández Noroña, en Tepoztlán, fue formalmente registrado hace apenas un mes, el pasado 29 de julio de 2025, a pesar de que el senador de Morena aseguró que compró el inmueble en noviembre de 2024 por 12 millones de pesos. ¿Cómo ven desde ahí? Dicho esto sin la menor intención de un albur predial.
Esta información la verificaron los investigadores luego de que Fernández Noroña mantuvo una discusión en redes sociales con Perseo Quiroz Rendón, alcalde de Tepoztlán, a quien reclamó que la persona “dueña de la casa que estoy pagando” ha cumplido con sus pagos de predial, agregando un documento con el que se pudo constatar que la dueña del predio en el que vive el senador es Gisela María Hengl Fleissner.
Un verdadero batidillo. En el Registro Público morelense se solicitó una consulta, la cual demostró que actualmente Hengl Fleissner es propietaria de tres predios, todos ubicados en Antiguo Camino a Santo Domingo Ocotitlán, calle en que se encuentra la “Casa del Silencio” como también es conocida la propiedad que habita Fernández Noroña. Esta información suma una irregularidad más a la adquisición de la propiedad por parte del senador morenista, ya que de haber comprado el inmueble en noviembre de 2024, ésta se habría realizado sin que los predios estuvieran subdivididos, por lo que la supuesta adquisición de la casa carece de validez legal. Madre de Dios, así hace sus cosas Noroña y otros morenistas por cierto y cierta.
La casa del estruendo
Gil lee con los ojos de plato y plata: “En ningún documento oficial del Registro Público de la Propiedad aparece el nombre de Fernández Noroña como adquirente, y mucho menos hay alguna anotación del préstamo o crédito con el que él dice compró el inmueble”. Ajuá, qué bonito es lo bonito, que le pongan a Noroña un collarín y un brazo en cabestrillo colgando del cuello lesionado. Pobre Noroña, le urge una sanación energética.
Todo es muy raro, caracho, como diría Umberto Eco: “Cuando entra en juego la posesión de los bienes terrenales es difícil que los hombres razonen con justicia”.
Gil s’en va