Hoy estaré participando, a invitación del INE, en el panel “Los cambios globales como catalizadores de la reconfiguración de la participación ciudadana en el mundo virtual”.“Catalizadores” es un eufemismo para describir lo que nos ha pasado. Si antes las redes sociales y las plataformas virtuales estaban en el mundo, hoy es el mundo el que está en ellas. Sin embargo, lo que vemos no es nuevo, simplemente se ha exacerbado: las desigualdades, el interés del Estado en entrometerse en la vida de los individuos, el capitalismo tratando de sacar la mejor tajada.
Evidentemente, la participación ciudadana no ha sido ajena a los embates de esta nueva realidad. Pensémosla en función de los pilares que la sostienen. De entrada, una conciencia colectiva; es decir, la certeza de que no estamos solos en el mundo y que todas las grandes transformaciones son producto del esfuerzo de muchas personas. Segundo, las libertades, que son la única forma en la que se puede gestar y materializar el acto colectivo al que aludimos. Por último, la percepción de una agenda pública que enlista asuntos que generan insatisfacción y que requerimos transformar.
En cada uno de esos puntos se han colado particularidades propias de la situación actual que ha llevado a que se subraye la dicotomía Estado-Individuo, apostando por la tensión entre ambos –sobre todo por la vigilancia de uno sobre el otro– y no por la posibilidad de la existencia de un individuo colaborativo. Asimismo, el uso de algoritmos que crean en los usuarios de internetuna suerte de “eugenesia del pensamiento”, rodeándolos de quienes razonan como ellos haciéndoles creer en la existencia de un consenso mayúsculo sobre la “mejor” ideología (la suya), desterrando o generando ánimos de aniquilación de todo lo que sea diferente. Todo aparentemente provocado por un shock exógeno frente al que –falsamente– creemos no tener salida alguna. Urge atender esto para darle la vuelta a lo viejo que trajo lo nuevo. Sacar lo mejor de lo peor.
Politóloga*miriamhd4@yahoo.com