Política

¿Sirven de algo las mañaneras?

He caído en la cuenta que cada conferencia matutina que nos recetan es una oportunidad para el lucimiento personal del Presidente, que una herramienta de comunicación oficial y fuente de información del gobierno federal.

Poco a poco se ha ido desvirtuando el mensaje del presidente, que siendo sometido a diversos análisis se determina que mucha información que ahí se emite si no es falsa, sí no es del todo cierta. Hemos pasado desde análisis sesudos del combate a la delincuencia sin una estrategia de comunicación bien definida que solo se presta a la confusión hasta mensajes que bien parecieran provenir del púlpito de cualquier líder religioso hacia sus súbditos.

Quiero pensar que la idea de hablar todos los días, excepto sábados y domingos (afortunadamente), proviene del jefe del ejecutivo, pues en ningún momento parece obedecer a otra cosa que no sea el lucimiento personal y el ansia de querer hablar como cualquier monarca a sus súbditos.

Otra razón más para creer esto es el desgaste que empieza a tener la imagen presidencial para muchos cuando es sometido a preguntas digamos difíciles o contrarias a su línea de pensamiento al responder siempre que tiene “otros datos”. Sume a ello el hecho que al arranque de la administración el rating de las mañaneras por las redes sociales llegó a desbancar a los noticieros matutinos con casi 3 millones de vistas, hoy apenas rebasa las 300 mil. La mayoría de ellas de quienes se enteran de lo que dice el presidente para informar a través de los diferentes medios.

Creo que con esta estrategia de comunicación menos del 20 por ciento de las ocasiones el presidente ha marcado la agenda nacional y solo da de qué hablar, poco a poco la conferencia mañanera ha salido de las primeras planas y los titulares de los noticieros para ocupar espacios más discretos, algunas veces nulos dada la poca importancia de lo que ahí se maneja.

La comunicación del presidente debe ser, sí abierta, con canales destinados a ello que permitan el contraste de ideas y la interacción con los mexicanos, pero también cuidada que no termine por evidenciar algunas veces la falta de información del mandatario que termine exhibiendo al jefe del Ejecutivo. Pero también debe cuidarse que cuando el presidente hable es porque hay un tema de verdadera trascendencia para el país y no una simple reacción incluso para temas banales como contestar a dichos algunas veces sin sentido de cualquier actor de la sociedad.

Menos ruido y más nueces caray.

miguel.puertolas@milenio.com

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Miguel Ángel Puértolas
  • Miguel Ángel Puértolas
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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