Ayer tuve la oportunidad de acudir al lanzamiento del “Valle de la Mentefactura” un concepto original creado por el estado de Guanajuato en el que se pretende ver a las nuevas tecnologías como un aliado no solo para el desarrollo de bienes de consumo sino para alcanzar un pleno desarrollo social.
El concepto claramente apunta a lo que será Guanajuato en los próximos 50 años pensando en una política pública que llegó para quedarse con objetivos sociales, económicos, educativos, de medio ambiente y de gobierno.
Pero qué es el Valle de la Mentefactura, su territorio físico es el estado de Guanajuato, pero sus límites no se quedan en la entidad, lo que busca es conectar a cada uno de los sectores productivos de la sociedad con el mundo entero ampliando sus fronteras.
Uno de los ejemplos de lo que puede hacerse y que más me impactó es como por ejemplo artesanos que regularmente malbaratan sus productos en el mercado local terminan por exportar a países de todo el orbe alcanzando precios que de haberse quedado en el comercio tradicional serían de hambre.
Es la historia del municipio de Comonfort, Pueblo Mágico donde existen 85 empresas locales que producen molcajetes al aprovechar el e-commerce logran vender sus productos hasta en 100 dólares en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España y Australia, a los que jamás habrían llegado de no ser por la estrategia digital.
Las metas son ambiciosas como la de capacitar a 800 familias en modelos de negocio basados en economía social, lo que permitirá que su red de trabajo sea global, formar a 20 mil estudiantes en emprendimiento e innovación, generar 400 oportunidades de negocio basadas en patentes de uso libre, además de promover 25 proyectos de intra emprendimiento en los clústeres del Estado.
Es pasar de ser solo un estado de maquiladores a un estado de emprendedores y personas con visión de futuro, bienvenido el reto, no solo Guanajuato sino México debe de empezar a educar generaciones en busca de nuevos horizontes y ser los proveedores de nuevas tecnologías y conocimiento. Basa de solo manufacturar, hay que apoyar las nuevas ideas.
Miguel Ángel Puértolas
miguel.puertolas@milenio.com