La búsqueda del poder ha llevado a todos los partidos políticos sin excepción a ingresar en sus filas, e incluso ofrecer cargos de elección popular, a personajes con dudosa reputación que al paso del tiempo se develan sus nexos con el crimen organizado, y Guanajuato no ha sido la excepción pues en elecciones anteriores han salido nombres por ejemplo de ex presidentes municipales ligados a los grupos delictivos que operan en la entidad.
No es para nadie desconocido que entre los perfiles de algunos de los presidentes municipales que hoy ejercen el cargo hay versiones de esos nexos por omisión o por complicidad con las bandas del crimen organizado que se han asentado en la entidad, existe información al respecto y algunas investigaciones pero no se ha actuado al respecto.
Y no se trata aquí de acusar a nadie directamente, pero se trata de alertar respecto a la necesidad y obligación que tienen los partidos políticos de apostarle no solo a buenos perfiles sino también a perfiles limpios de probada honradez que dejen fuera cualquier duda respecto a su honorabilidad y apego irrestricto a la ley, pues las tentaciones para quienes están en los cargos públicos llegan en cascada y muchos sucumben ante ello.
No nos vendría mal por ejemplo que también entre quienes desean acceder a un cargo de elección popular sean sometidos a las pruebas de control y de confianza que hoy sólo se aplican a los policías y personal que tendrá a su cargo alguna corporación o dependencia relacionada a la seguridad, sino también y en especial a aquellos que aspiren a un cargo ejecutivo especialmente, pues al final son los responsables de todo lo que se haga en materia de seguridad en sus municipios.
Sería bueno no dejar de lado la oportunidad y que sea de manera obligatoria que todo aquel que desea postularse como candidato pase las pruebas de control y de confianza, lo que nos daría una idea, si no muy clara, pero sí una idea del perfil de quienes buscan gobernarnos.