Hace unas semanas recibí, de la mano de mi amiga Aleida B. Salazar, uno de los mejores regalos en mucho tiempo. Se trata del libro Takah, de la poeta Stacey Teague. Leí los primeros poemas durante el prolongado trayecto en metro desde Indios Verdes hasta Universidad, y sólo los primeros porque no podía dejar de releerlos y maravillarme cada vez que volvía a terminar de hacerlo. Esto, de tal modo, no se trata de una crítica, sino de un acercamiento en nuestra lengua al trabajo de Stacey, de cuyo origen sabemos apenas que vive en Nueva Zelanda y escribe la palabra “favourite” británicamente. Los poemas que traduje están dentro de las primeras 20 páginas del libro editado por Scrambler Books en 2014. Ojalá los disfruten tanto como yo.
Danza lenta
el amor es una idea que se te ocurrió
con el primer café de la mañana
caminaste hasta mí y me dijiste
“¿alguna vez has escuchado algo sobre esa cosa llamada
amor?”
y colocaste tu mano
alrededor de mi cintura
jalándome hacia ti
de una manera que parecía intuitiva
como el fluir de los ríos
imagino que la gravedad no existió sino
hasta que jalaste de mí en tu dirección
me preguntas si podemos danzar lentamente a la mitad
de nuestra sala y yo sólo me río
y repito la palabra “danzar” en tu acento
es “danzar” no “danzar”
te miro con ojos que dicen “jeje”
me burlo de la manera en la que danzas
me burlo de la manera en la que amas
Parte uno
por la mañana estoy en mi laptop y
todavía no descubro siquiera que el exterior existe
estoy en un bosque y olvido todo lo demás
siempre tengo los mejores sueños relacionados con harry potter
el asunto entre tú y yo es que no tenemos miedo de herirnos
la amabilidad es un buen punto de partida
mientras hablo de las muelas del juicio pienso
que mi vida no se siente como mi propia vida
mi hogar es dondequiera que mi macbook esté
he olvidado cuáles son mis cosas favoritas.
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