Se le está haciendo noche a las funciones de box del 2018 y nadie puede detener eso. Como en todo, hay buenos años y otros no tanto, y creo sinceramente que la segunda categoría es la que más se ajusta a este recorrido de doce meses que está por cerrar su ciclo. Quedan dos fines de semana más para ver escenarios cargando adrenalina, pero esas próximas fechas ya no figuran en la nómina estelar de la dulce ciencia, lo cual nos deja, quiéralo usted o no, algunos nombres y combates para destacar a nivel nacional e internacional, con la conciencia que nos dicta que, al menos para nuestro país, que se jacta de defenderse bien en los golpes, no fue la mejor temporada.
Para cuando estas líneas lleguen a sus ojos se habrá clausurado el viaje mexicano por la supremacía en los puños, con el ya no tan esperado nuevo combate del querido y odiado Saúl Álvarez, el Canelo, en contra del británico Rocky Fielding en el Madison Square Garden de Nueva York, un sitio que, digo yo, le queda muy grande al de Jalisco. Se mide luego de haberse quedado a medias en la pelea contra Golovkin en septiembre, batalla que sin embargo ganó, sin entrar en más detalles ni discusiones. Como sea, a estas alturas se esperan más el ponche y la temporada vacacional que las últimas peleas del año, pero ello no le quita el mérito a lo que queda pendiente, como el título pluma de la FIB que se disputarán Josh Warrington, quien lo defiende, y Carl Frampton, que lo reta.
Fue bonito mientras duró la exhibición de buenos contendientes mexicanos sobre el ring, como Jaime Munguía, Jackie Nava o Miguel Berchelt, quienes se llevaron flores y aplausos por su desempeño adentro de las cuerdas, pero queremos ver más acción y más compromiso por parte de mánagers y peleadores para no caer más en la decepción de nuestros compatriotas e irnos con la finta de que hay una decadencia latente en nuestros deportistas.
El 2019 no pinta nada mal, pues, a menos que otra cosa suceda, veremos en los primeros meses del año a Óscar Valdez defender su título de peso pluma de la OMB luego del golpe que le asestara Scott Quigg en marzo y le desubicara la mandíbula, al gallo Moisés Flores, al colombiano de peso completo Óscar Rivas y a un Manny Pacquiao con un regreso que se espera satisfactorio pese a su condición actual de veterano muy cerca del retiro, entre otros pleitos que, esperemos, dejen lo mediático para otra ocasión.
Esperamos estrategia, seso y corazón arriba del cuadrilátero, emoción y buenos tiros, para que no se diga que no tenemos con qué presumir. Queremos ver a nuevos contendientes que defendieron sus hazañas desde su trinchera como debutantes en peleas de exhibición o recién salidos del anonimato y volcados en el terreno profesional y también a aquellos que se extrañan por su buena pegada y fino trabajo sobre la lona. Nombres hay muchos, las fechas son vastas, y sólo nos hacen falta facturas de buena calidad.
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