La semana anterior concluía mi colaboración con una afirmación: el regreso a clases presenciales y La Feria de León nos permitirán corroborar si estamos a la altura de la nueva normalidad a causa de la pandemia. Y la estampa de la noche del martes en La Velaria durante el concierto de Santa Fe Klan es más que elocuente: la respuesta es NO.
Mientras en nuestro vecino país, Estados Unidos -que ocupa el segundo lugar con menor población vacunada contra el covid, solo después de Rusialos protocolos sanitarios para espectáculos públicos son estrictos y no solo eso, sino que son rigurosamente observados, en León fue más que evidente que las medidas preventivas fueron insuficientes.
Decía que en la unión americana, toda aquella persona que pretenda asistir a un conciero o espectáculo público debe presentar prueba de que cuenta con el esquema completo de vacunación, o bien, un test negativo a Covid practicado con ciertas horas de anticipación y proveniente de un laboratorio, es decir, no se admiten pruebas rápidas o caseras.
He tenido la oportunidad de conversar frecuentemente con ciudadanos de ese país, y el común denominador, cuando de atender un encuentro deportivo o un concierto masivo, o emprender un viaje, es la preocupación del incremento de casos por la variante ómicron y el colapso del sistema de salud.
Prefieren incluso llegar a perder miles de dólares que exponerse a un eventual contagio o llevar a sus hogares el virus y afectar a sus seres queridos, en especial a niños y ancianos, los más vulnerables.
Lo que vimos hace un par de días en La Feria me lleva a la conclusión que faltó, es verdad, mayor control por parte de las autoridades, pero sobre todo sensatez en quienes asistieron para actuar de manera responsable el cuidado de su salud, por más popular que sea el artista y grande el deseo de ver el show. Lo dicho: falta mucho, muchísimo, para estar a la altura de la situación.
Mario A. Arteaga *
mario.arteaga@milenio.com
*Periodista de investigación
*Ex Servidor Público de carera.