Política

Balance, vida y trabajo

Esta semana la Secretaría del Trabajo y Previsión Social publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que modifica la legislación laboral al incrementar el número de vacaciones que los trabajadores pueden gozar al cumplir su primer año de labores: un periodo de 12 días con goce de sueldo. Las nuevas disposiciones entran en vigor a partir del 1 de enero próximo.

Los cambios legislativos, impulsados bajo el lema de “vacaciones dignas”, tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora y crear las condiciones para un mejor balance entre la vida personal y el trabajo. Otro de los propósitos que se persiguen es desincentivar el ingreso a la economía informal, bajo el supuesto de que las prestaciones serían atractivas a tal grado de que alguien, teniendo oportunidad de elegir optara por un empleo formal.

Esto último es casi insostenible incluso desde la concepción teórica, pues pocas veces se tiene tal disyuntiva, y, de ser el caso, las percepciones en la economía informal son tan dispares que, con la mayor proporción de ingreso es como si el trabajador independiente recibiera el equivalente a un pago de vacaciones ¡cada semana!, ya que mientras un obrero gana menos de 2 mil pesos semanales rolando turnos en una maquiladora, un tianguista genera en promedio utilidades de 5 mil pesos cada semana.

Aunque es un avance que, en principio, duplica las prerrogativas anteriormente contempladas en la ley -vacaciones mínimas de 6 días- aún queda una brecha amplia entre las prestaciones laborales en la iniciativa privada respecto a las del gobierno federal, por citar un ejemplo.

Los burócratas, al cumplir seis meses y un día de servicios, se hacen acreedores a un primer periodo vacacional de diez días hábiles -sumados a los días inhábiles ascienden a 14 días naturales- y al cumplir el año, un segundo periodo igual. De esta manera por cada año de servicio se tiene derecho a disfrutar 20 días hábiles (28 naturales, casi un mes).

Y mientras en México se celebra este modesto avance, en el competido mercado profesional internacional se ponen en marcha beneficios como permisos ilimitados con goce de sueldo donde los trabajadores pueden disfrutar, a discreción, los días que le sean necesarios sin dar explicación alguna y basta con solicitarlos con la anticipación pertinente. Las empresas que han adoptado este modelo reportan impactos positivos en la productividad, permanencia y disminución del ausentismo. ¿Estamos listos para esta discusión? 

Mario A. Arteaga*

arteagadominguezc@infinitummail.com

Periodista de investigación. Ex servidor público de carrera

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Mario A. Arteaga
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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