Cultura

La dote de la hija de Don Jaime Cruzat

  • Taller Sie7e
  • La dote de  la hija de  Don Jaime Cruzat
  • María Luisa Herrera Casasús

bajo el gobierno del virrey D. Francisco Fernández de la Cueva, duque de Albuquerque (1702-1710), la Nueva España atravesaba una situación delicada. Se hallaba la colonia amagada por escuadras enemigas, casi desarmada y escasa de recursos. Los habitantes de la Ciudad de México se ocupaban en alardes de lujos y en rivalidades entre el virrey y los eclesiásticos.

Don Vicente Riva Palacio nos relata el casamiento de la hija de don Jaime Cruzat, gobernador que había sido de Filipinas. (Cfr. “México a Través de los Siglos”)

Aquella joven, a quien llamaban “la China”, había sido agraciada por su padre con una dote de seiscientos mil pesos. La pretendían el Conde de Santiago, el Oidor Uribe, don Domingo Sánchez de Tagle y don Lucas de Careaga. El arzobispo Ortega y Montanés tomó partido a favor de Tagle, pero las demás autoridades se opusieron. El abogado Corral presentó una demanda contra Tagle en nombre de otra mujer, a quien supuestamente éste había dado palabra de casamiento.

El arzobispo, colérico, excomulgó al abogado Corral, sacó a la Cruzat de la casa donde se hallaba y llevóla al convento de San Lorenzo. Ahí la casó con Tagle, en medio de varios hombres armados. Mientras tanto, el virrey, alistó una tropa que envió junto con los jóvenes Cruzat, a impedir la ceremonia al convento. Las monjas, indignadas, cerraron las puertas del templo y del convento, a fin de que no pudiesen impedir la ceremonia.

Pero el virrey hizo prender en la noche al novio, le impuso veinte mil pesos de multa, y lo desterró a Veracruz; y solo, por supuesto. El padre del novio, don Pedro Sánchez de Tagle, fue multado con igual cantidad y desterrado a Acapulco; y a un hermano del novio se le multó en diez mil pesos.

La virreina, disgustada, se declaró protectora de los Tagle, y llegó a tanto su indignación, que se separó del virrey, su marido.

Siguióse a todo esto un gran litigio, en el que intervinieron el virrey, la virreina, la Audiencia gobernadora, el arzobispo, los desposados y sus representantes. Todo aquello hubiera tenido quizá muy graves consecuencias, si en esos días no hubiera muerto en el convento donde estaba depositada, la China Cruzat, causa de tanto escándalo. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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