México está en la víspera de pasar una de las pruebas más duras en materia de elecciones, para evitar que surja la violencia por el resultado electoral de mañana 2 de junio de 2024 para elegir a quien presida el gobierno.
Los politólogos auguran intensa promoción de denuncias ante las autoridades electorales, considerando que el partido perdedor no se va a conformar con el resultado adverso, sobre todo si la diferencia de votos es menor al 5%.
La gobernabilidad está en el filo de la navaja con urgente necesidad de oxígeno, aplicado a la legitimidad política; el riesgo es que se derive la disfunción de la estructura del Estado con proporciones no vistas desde la épocas de las rebeliones de principios del siglo XX, que llegaron a destruir o a opacar toda la estructura del porfirismo, que aspiraba a la modernidad… Pero sin democracia.
Quien gane la Presidencia del país asumirá la difícil tarea de reconformar una alta ingeniería política, porque de no ser así, pondría en riesgo todo el sistema de gobierno federal y su funcionalidad.
Para empezar con el pie derecho, trataría de alejarse de todo sistema monolítico y adoptar un esquema que invite a la cohabitación, como lo han hecho países con grandes conflictos.
Considerar la importancia política de la coalición, sumándole un sistema de cogobierno, propio de los grandes conflictos que vivieron algunos países y que supieron superar.
En la coparticipación está lo medular para evitar el colapso.
Quien obtenga el poder tiene la obligación política y moral de reconocer que no es posible gobernar sin la participación del otro, disyuntiva difícil de aceptar pero que es lo que aconseja la alta política, como se diría en latín: velis nolis.
Quien gane la elección deberá merecer el cargo al adoptar estas decisiones, porque la mejor guerra, como diría Tsun Su, es la que se gana con la paz.
Con ella se debe ganar y no con la ofensa, amenaza o marginación.
El buen político no presiona a los legisladores para votar, sino que emplea el argumento y la conveniencia general.
El que amenaza pierde imagen ante la democracia… La respetabilidad estaría en juego… Entonces… A votar y que gane México.