La panorámica económica para nuestro país es estremecedoramente incierta. La empresa privada y pública ahora van en declive, se han perdido miles de empleos sin perspectiva de que se cubran las vacantes, tanto debido a las políticas del gobierno federal como por efecto de la actual pandemia.
La inversión extranjera es titubeante, el crecimiento es cero y las pymes están considerando el cierre provisional o definitivo. El estudiante de nivel medio superior que pretenda ingresar al nivel profesional tiene ante sí un panorama poco prometedor por la perspectiva económica y por la multiplicación de los egresados. Desde fines de los 70’s del siglo pasado se presentó un crecimiento acelerado de la matrícula, al grado de que algunas universidades autónomas consideraron reducción de alumnos o desaparición de carreras, buscando abrir nuevas. El censo de 1970 registró 12 millones de jóvenes y durante esa década se crearon los bachilleratos tecnológicos, los Centros de Educación Tecnológica, el Colegio de Bachilleres y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep).
La UNAM creó el CCH y el IPN modificó sus escuelas vocacionales, abrió los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos y otras modalidades con menor cobertura.
En 2010, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía censó 11 millones 22 mil 112 jóvenes entre 15 y 19 años. Para 2012, 54.2 por ciento fue la matriculación oportuna; esto es, de cada 100 alumnos que egresaban de secundaria, 54 entraban inmediatamente al nivel superior. En 2015 se reportaron 4 millones 800 mil estudiantes de bachillerato en el ciclo escolar.
Con estos antecedentes más lo que informe el censo de 2020, se vislumbra un panorama que puede ocasionar un grave problema social, por las faltas de oportunidad de empleo y en algunos casos por lo incierto del éxito como emprendedores.
¿Qué aconsejamos a nuestra juventud estudiosa con visión para alcanzar sus metas? Cuando se decidan por una carrera o ya estén en ella, se esfuercen al máximo y sean estudiantes profesionales de tiempo completo y no pierdan el tiempo en frivolidades.
Que procuren a los estudiosos y mejores alumnos, busquen la asesoría del maestro y no se conformen con el 9/10, que puede ser engañoso. _