En búsqueda de sus cinco minutos de fama, Jorge Álvarez Máynez siguió a pie juntillas las indicaciones de su titiritero, Samuel Rodríguez, para ratificarse como el golpeador a sueldo de la “nueva política” cobijada por Movimiento Ciudadano e implementada por el gobernador de Nuevo León.
Y es que tras el desarrollo del primer debate presidencial organizado por el INE el domingo pasado, que lo enfrentó con las candidatas de “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum, y la de “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez, el aprendiz zacatecano dio muestra de que aprendió de forma rápida los desplantes de su mentor.
Como muchos saben, porque han visto su forma de accionar, el Jefe del Ejecutivo de Nuevo León encontró en Máynez al mejor sustituto de su frustrada candidatura de MC a la primera magistratura del país. Por supuesto, tras conocer la ligereza que tiene para sacar a flote resentimientos políticos encontró en él al mejor alumno para aconsejarle y elucubrar una estrategia llena de rencor.
No creo que plantee en privado una estrategia bien diseñada como para convertir a su discípulo en el más brillante de los abanderados a la Presidencia de México. De su lado, Máynez siguió al pie de la letra las indicaciones para golpear una y otra vez a Xóchitl Gálvez, como se veía venir.
Qué lastimosa y pueril actitud asumida por el zacatecano aspirante a la grande, quien no halla cómo ganarse la fama de candidato presidencial de calidad con base en un esquema desempeñado con oficio y talento.
Al final el debate entre él, Xóchitl y Sheinbaum, lo pintó de cuerpo entero: se comportó como un fajador de escasa monta.
Sin duda así será la actitud que caracterizará a Jorge Álvarez Máynez hasta el día de la crucial votación el 2 de junio próximo, quien no ha aportado más que desaguisados, insultos y una larga fila de críticas y burlas a sus oponentes, como lo demostró el domingo pasado. La frustración en todo su esplendor. Y de ahí al ocaso. Eso les gusta a los de Movimiento Ciudadano.
