En Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, las vialidades reflejan el desgaste de años de descuido, agravado por las lluvias recientes que han convertido las calles en un desafío diario.
El 16 de octubre de 2025, el alcalde anunció un "plan emergente de bacheo" con una inversión de más de 10 millones de pesos para reparar el daño causado por las precipitaciones. Llamó a las lluvias "una bendición y un reto", palabras que, aunque optimistas, no resuenan con los victorenses que enfrentan baches, inundaciones y una infraestructura que pide a gritos una solución integral.
Este plan, aunque bienintencionado, levanta preguntas: ¿es suficiente para abordar un problema estructural, o es solo un paliativo temporal?Las lluvias de octubre no son las únicas responsables.
Tamaulipas, por su geografía y clima, siempre ha enfrentado retos con inundaciones, pero la falta de mantenimiento preventivo ha dejado a las calles de la capital en un estado crítico. El 14 de octubre, el municipio ya trabajaba en reparaciones en colonias como La Paz, respondiendo a quejas ciudadanas acumuladas por meses. Sin embargo, el anuncio del plan "histórico" de bacheo no aborda las causas de fondo.
Según la Subsecretaría de Transporte, el 80% de las unidades de transporte público en el estado operan con más de 20 años de antigüedad, y la infraestructura vial no está en mejor condición. Esto no solo afecta a los conductores, sino también a peatones y ciclistas que buscan opciones de movilidad sustentable, pero terminan enfrentando riesgos en calles deterioradas.
La realidad diaria en Ciudad Victoria es clara: automovilistas esquivan baches en la Zona Centro, peatones sortean charcos en colonias populares, y los ciclistas –alentados por el discurso oficial de movilidad verde– enfrentan peligros en vialidades sin mantenimiento.
Las lluvias recientes, intensificadas por el cambio climático, han expuesto la fragilidad de un sistema de drenaje y pavimentación que necesita más que soluciones de emergencia.
La inversión de 10 millones es un paso, pero surge la duda: ¿por qué no se actuó antes, cuando las tormentas de septiembre ya señalaban problemas?
El retiro de yonkes y autos abandonados, iniciado el 14 de octubre, es un esfuerzo positivo para mejorar la movilidad, pero no sustituye la necesidad de un plan integral que incluya drenajes modernos, pavimentos duraderos y ciclovías seguras. Mientras otras regiones de Tamaulipas, como el sur, reciben promesas de 19 mil millones de pesos para proyectos de transporte y viaductos, Ciudad Victoria parece quedarse atrás.
En Matamoros, se refuerzan cuadrillas de bacheo, pero en la capital, los recursos parecen dispersos. Tamaulipas ha logrado avances en seguridad –con una reducción del 35.5% en homicidios dolosos, según datos oficiales– y en turismo con iniciativas como la Ruta Tamaulipas 2025.
Sin embargo, la movilidad urbana sigue siendo un pendiente que afecta la calidad de vida.Los victorenses merecen más que anuncios optimistas. Es necesario transparentar cómo se usarán esos 10 millones: ¿cuántas calles se repararán? ¿Habrá inversión en drenaje y pavimentación de calidad? ¿Se priorizarán las colonias más afectadas? La ciudadanía no pide promesas grandilocuentes, sino resultados concretos.
El gobierno actual tiene la oportunidad de transformar esta “bendición” en un cambio real, pero solo si pasa de los parches a una visión de largo plazo. Las lluvias pasarán, pero sin acción decidida, los baches y la frustración seguirán marcando el paisaje de Ciudad Victoria.