El impuesto conocido como tenencia vehicular es quizá el impuesto más noble que tiene el sistema fiscal mexicano: es de fácil cobro, de escasa evasión, tiene un efecto positivo para la movilidad y el medio ambiente (al reducir el incentivo a comprar autos) y, muy importante, es de naturaleza progresiva, ya que entre mayor sea el valor del auto más alto es el impuesto a pagar.
Ahora bien, es probable que si usted vive o ha visitado recientemente la CdMx haya notado una característica peculiar de los autos que circulan allí: entre más caro y lujoso sea el auto, más probable es que tenga placas del Estado de México o de Morelos. La razón es muy simple: los dueños de esos autos buscan eludir el pago de la tenencia vehicular.
Todo se remonta a una desafortunada decisión del ex presidente Felipe Calderón, quien decretó en 2010 la derogación gradual del impuesto federal de la tenencia. Con ello, la responsabilidad de este impuesto pasó a los gobiernos estatales, quienes, ni tardos ni perezosos, e irresponsables como suelen ser, se dieron a la tarea de competir para ver quién cobraba menos.
El resultado es bien conocido: la tenencia desapareció en más de la mitad de las entidades del país, incluyendo al estado de Morelos. Por otro lado, en el Edomex se otorga un subsidio de 100 por ciento a los autos con valor inferior a 550 mil pesos (antes de IVA, 638 mil incluyéndolo), mientras que en la CdMx se otorga un subsidio similar a los autos con valor inferior a 250 mil pesos. Esto explica la observación ya mencionada: si usted radica en CdMx y su auto vale más de 550 mil pesos le conviene emplacar en Morelos; si su auto vale entre 250 y 550 mil pesos, le conviene emplacar ya sea en el Edomex o en Morelos. Así de simple y así de lógico.
La solución a este problema debería ser una mayor coordinación entre las entidades que conforman la zona metropolitana del centro del país. En el pasado esto era inviable porque las entidades eran gobernadas por distintos partidos políticos y nadie estaba dispuesto a ceder. Ahora, sin embargo, la mesa está puesta para lograr finalmente una mayor coordinación que potencie la recaudación por este impuesto en toda la zona centro del país.
Desafortunadamente, el gobierno de Clara Brugada en CdMx ha optado por la decisión contraria: homologar el subsidio de la tenencia vehicular al del Estado de México. Con esto, el gobierno de la capital opta por el populismo y la irresponsabilidad fiscal. Rechaza cobrar un impuesto progresivo como la tenencia en aras de tratar de cobrar solamente un refrendo anual por el derecho a circular. El problema con esto es que se estaría perdiendo toda la progresividad de la tenencia vehicular. El pago del refrendo es el mismo para un auto con varios años de antigüedad y un bajo valor de mercado, que para un auto nuevo de medio millón de pesos. No hay progresividad alguna.
Es triste ver como gobiernos electos, bajo una bandera de izquierda, terminan perdiendo la brújula que los llevó al poder y terminan cediendo ante la tentación de quedar bien con un segmento minoritario de la población. El panismo debe estar de plácemes con este triunfo cultural.
