El miércoles la Reserva Federal mostró los dientes al anunciar medidas más estrictas en política monetaria. Desde la segunda parte de 2021, la Fed actúa con demasiada complacencia ante la posibilidad de un brote de inflación como el de hoy. El elemento que vino a encender más el fuego fue la invasión de Rusia a Ucrania, algo que era imposible de pronosticar y además, repito, es causante de un porcentaje importante de la inflación, pero en el camino hubo muchas cosas que la Fed pudo hacer y no hizo.
Los errores yo creo que fueron, en primer lugar, mantener el crecimiento del balance de la Fed inyectando 120 mil millones de dólares al mes durante todo 2021, cuando era obvio que ese estímulo ya no era necesario. La reducción del balance debió empezar desde mediados del año pasado para terminar en cero la compra de bonos en diciembre, lo cual sucedió hasta bien entrado este año; otro error fue iniciar la baja de tasas hasta finales del primer trimestre en forma muy modesta con un alza de 25 puntos base.
Me parece que la Fed ya tomó con más energía el tema, y ahora sí siento que la inflación tenderá a bajar en los próximos meses; la situación es más difícil de lo que se nos había platicado por el tema de la invasión, pero también porque no mejoran los cuellos de botella en la economía y porque la demanda aún es muy fuerte. Los individuos aún tienen mucho dinero en las manos y lo están gastando en un entorno con ofertas limitadas por los problemas en las cadenas de suministros.
El alza de 75 puntos base nos muestra la gravedad del problema, pero creo que fue una decisión acertada; la tasa de referencia este año, señala la Fed, puede terminar en 3.4%, lo cual será congruente con la situación, esta tasa no creo que sea una limitante seria para el crecimiento; ya he expresado muchas veces que lo normal es vivir con inflaciones de 2% y tasas de interés alrededor de 3.5%, así se ha vivido en EU durante los últimos 50 años o más, lo anormal es vivir con tasas en cero e inyecciones de dinero constantes por parte del banco central, como sucedió en los pasados 14 años.
Con la decisión de la Reserva Federal, lo que debemos esperar es un crecimiento menor para este año, por eso la proyección actual es que la economía solo crezca 1.7% en 2022 que, dicho sea de paso, no es un mal número para una economía de ese tamaño. Además, el crecimiento para 2023 se proyecta en 1.7%, lo cual supone que puede haber una recesión técnica o un aterrizaje suave de la economía. Ninguno de estos dos escenarios será catastrófico, aunque los mercados hoy reaccionen como si realmente se pudiera presentar una fuerte contracción en la economía más importante del mundo. Yo creo que eso está fuera de la discusión racional, pero lo que sí tendremos hacia adelante son mercados volátiles en todos sentidos, porque la incertidumbre seguirá presente en tanto no se vea una tendencia clara de que la inflación empieza a ceder.
Manuel Somoza