A pesar de que este año ha estado lleno de incertidumbre y temas geopolíticos que han generado mucha preocupación, el desarrollo de los mercados bursátiles —en lo general— ha sido francamente bueno.
En los mercados de Estados Unidos, el Promedio Industrial Dow Jones ha tenido un aumento durante este año de 8.01 por ciento, el Índice S&P 500 se ha incrementado 12.71 por ciento, mientras que el tecnológico Nasdaq Composite ha registrado un alza de 16.84 por ciento.
En cuanto a las bolsas europeas, el Eurostock 600 ha tenido un comportamiento al alza, con un aumento en el año de 12.62 por ciento; para los mercados de la región de Asia-Pacífico, las bolsas en este año van en promedio con un incremento de 28.15 por ciento. Todos estos rendimientos han sido en la moneda local.
La razón de estos incrementos es la combinación de muchos factores desde el inicio de año: por un lado, en términos generales, se logró abatir una recesión mundial que muchos esperaban; en algunas regiones se han registrado trimestres negativos, más no lo suficientemente profundos como para calificarlos de recesión.
Otro factor es que en Estados Unidos, que es la economía más grande del mundo, los crecimientos registrados —sobre todo a partir del segundo trimestre— han sido muy superiores a lo que se esperaba, aun cuando sí han estado un poco por debajo del crecimiento de 2024.
También es importante mencionar que en Estados Unidos los resultados corporativos reflejados en las 500 empresas que componen el índice S&P han tenido dos trimestres muy buenos, y en el tercero la expectativa es que las utilidades puedan crecer por encima de 8 por ciento.
Sin embargo, el factor más importante es que dados los niveles de inflación alcanzados, los mercados proyectaron fuertes bajas en las tasas de interés: en Estados Unidos la tasa bajó 100 puntos base en diciembre de 2024, mientras que en este 2025 —aunque se haya tardado el movimiento bajista— en septiembre éste ya empezó con una reducción de 25 puntos base y se esperan dos más del mismo calibre hacia finales de año.
En Europa las tasas empezaron a bajar antes, y todo esto a pesar de la incertidumbre que por la inflación causan las políticas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.