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Qué incógnitas trae 2026 para los mercados bursátiles

Este año, a pesar de la altísima volatilidad de los mercados, los resultados anuales (en términos generales) han estado por arriba de las estimaciones de principios de año. En Estados Unidos, los principales índices bursátiles arrojaron muy buenos números; a la fecha, los rendimientos son los siguientes: Dow Jones ha subido en el año 12.48 por ciento, o sea, está en máximos de los últimos cinco años; el S&P 500 ha ganado 15.18 por ciento, y el Nasdaq se ha elevado 19.05 por ciento.

Estos rendimientos son buenos, sobre todo para un año donde la economía de ese país ha crecido de forma moderada —un poco menos que el año anterior— y ha enfrentado todo tipo de presiones por su alto déficit y enorme endeudamiento, con una inflación que ha sido muy necia y todavía no logra llegar a 2 por ciento, el objetivo de la Reserva Federal.

Estos buenos resultados se han replicado alrededor del planeta, por ejemplo, en la zona euro vemos que el Eurostoxx 600 creció en euros 14.42 por ciento en el año, y en Asia, el Nikkei en yenes subió 28.54 por ciento, y ni qué decir de las bolsas del sureste asiático, que en dólares han ganado en promedio 31.38 por ciento, de acuerdo al índice CNBC 100 Asia; francamente, no esperaba tan buenos resultados para este año.

La buena noticia es que, en términos generales, sobre todo en EU, gran parte del impulso fue gracias a las empresas tecnológicas, que han superado con creces las estimaciones. No cabe duda de que la inteligencia artificial  y las fuertes inversiones en este sector han sido factores determinantes para dichos resultados.

Todo muy bien este año, pero para el entrante, el mundo tendrá que enfrentar nuevos retos: las estimaciones del crecimiento mundial no son claras, la inflación no termina de ceder y las probabilidades de una recesión mundial, aunque relativamente bajas, aún existen. Las grandes naciones tienen déficits abultados que no están resueltos y los niveles de endeudamiento han llegado a límites peligrosos; las políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump pueden inhibir no solo el comercio mundial, sino la inversión.

Es desconocido el impacto que esto tendrá en la inflación y, en consecuencia, tampoco es claro si las tasas de interés podrán mantener un ritmo descendente. También la geopolítica jugará un papel importante debido a que las guerras traen implicaciones serias, en temas como el precio de materias primas, gas y petróleo.

En virtud de estas incógnitas, creo que el comportamiento de los mercados deberá ser más moderado. Ya se verá si estas inversiones multimillonarias en proyectos de desarrollo de IA dan los resultados esperados.

La buena noticia es que se piensa que los sectores corporativos seguirán creciendo apoyados cada vez más en la tecnología; las naciones comenzarán a mostrar una mejor disciplina fiscal, lo cual es difícil de obtener con sectores políticos que buscan votos y que cada vez dan más preferencia a los gastos sociales que a las inversiones productivas.

Las incógnitas que hoy tenemos se estarán develando poco a poco en el futuro próximo.


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Manuel Somoza
  • Manuel Somoza
  • Presidente de Somoza y Asociados by GBM. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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