En el momento actual, tanto en la Reserva Federal de EU como el Banco de México, tienen en sus manos la difícil decisión de qué hacer con la tasa de interés de referencia.
En el caso de la Reserva Federal la próxima reunión será el 2 de mayo, y el 3 tendrán que tomar una decisión. Los antecedentes indican que las medidas que se han efectuado hasta la fecha han dado resultados razonables, ya que la inflación ha venido bajando desde niveles del 9% hasta 5% que fue la inflación nominal publicada en marzo; el problema con nuestros vecinos es que la subyacente ha bajado mucho menos, y está en niveles muy altos.
En los discursos cotidianos de los funcionarios de la Fed, se lee que la mayor parte de las opiniones están a favor de que haya al menos un alza más de 25 puntos base en la tasa de interés; sin embargo las opiniones no son unánimes, pues hay quienes dentro del mismo clan ven con buenos ojos hacer una pausa con objeto de proteger el sistema financiero, que de alguna manera está enfrentando problemas por el movimiento de los tipos tan acelerados a partir de marzo del año pasado, donde la tasa de referencia pasó de cero a 5%. En Wall Street se dice que 65% de los participantes en los mercados piensa que la Fed subirá las tasas.
En el caso de México sucede algo muy parecido, pero a diferencia del discurso de la Reserva Federal, aquí la Gobernadora de Banxico se atrevió a comentar que están dispuestos a considerar hacer una pausa en el movimiento de las tasas de interés, arguyendo que el 11.25% parece ser suficiente por el momento.
El panorama para los dos Bancos Centrales es parecido, pero no igual; en EU sí hay una preocupación genuina sobre la salud de los bancos medianos y pequeños debido a que, después de la quiebra del Silicon Valley Bank, se prendieron todas las alarmas, aunque su problema no fue un tema de solvencia, sino de un mal manejo de tesorería cuya consecuencia fue la pérdida de la liquidez de la Institución.
En México no se ha presentado ninguna situación parecida, sin embargo, aunque todavía no hay indicios, las altas tasas de interés locales sí pueden empezar a generar problemas de insolvencia por aumento en la cartera vencida.
Los grandes bancos mexicanos —igual que los norteamericanos— están bastante bien capitalizados, pero existen en México una serie de instituciones financieras como Sofomes, Sofipos y arrendadoras que ya presentaron problemas de impago. En EU los bancos regionales, y otros pequeños aún son presionados, y el mejor ejemplo de ello es el First Republic que perdió 100 mil millones de dólares de depósitos en el primer trimestre.
En virtud de lo anterior, tanto la Fed como Banco de México, tendrán que buscar la mejor solución que les permita mantener viva la lucha contra la inflación y al mismo tiempo no lastimar el balance de los bancos con presiones adicionales de la tasa de interés. Lo que es válido para ambos, es que, si las condiciones bancarias se endurecen, no se necesitará elevar las tasas.