Durante el primer semestre, los mercados bursátiles en el mundo tuvieron un magnífico comportamiento, por ejemplo, en EU el S&P fue de 16 por ciento, el Dow Jones, 4.29, y el Nasdaq, más de 18 por ciento de alza. En Europa, el Euro Stock 600 avanzó 6.76 por ciento y el índice Asia Pacífico, 6.56 por ciento.
Esto da cuenta de los magníficos resultados en los mercados internacionales; sin embargo, la Bolsa Mexicana de Valores perdió en los primeros seis meses del año 8.42 por ciento y Brasil tuvo una pérdida de alrededor de 6 por ciento. Lo anterior se dio en un ambiente de alta volatilidad, propiciado principalmente por los cambios de opinión de los inversionistas en relación a los múltiples comunicados de la Reserva Federal, así como a los datos de la inflación que mensualmente tuvimos en este primer semestre.
Solo para recordar, en enero, en EU, que es el mercado más importante del mundo —con implicaciones globales—, se esperaba que la inflación fuera hacia abajo, habiendo empezado el año en 3.4 por ciento, pero después sufrió rebotes en febrero, marzo y abril y no fue sino hasta mayo cuando volvió a regresar a 3.3 por ciento.
Entre tanto, la Reserva Federal, que esperaba al inicio del año bajar la tasa de interés tres veces 25 puntos base cada una, para finales de abril había cambiado su opinión para pronosticar que solo habría una baja que sería en diciembre. Todos estos cambios de expectativas lograron imprimir una volatilidad mayor que la usual en los mercados mundiales.
También tenemos que recordar el ataque de Hamás a Israel, abriendo la guerra en Medio Oriente y aún se encuentra vigente, misma que no sabemos para cuándo podrá terminar. De la misma manera, esta situación preocupó porque tuvo y sigue teniendo la posibilidad de convertirse en algo más si se meten al conflicto países vecinos; obviamente el que más inquieta es Irán.
Pues bien, con todo y todo, como ya se dijo, los resultados bursátiles fueron muy satisfactorios, sobre todo en EU, Japón y un poco menos en el resto del mundo. Si seguimos hablando de Estados Unidos, lo que más fortaleció a sus índices bursátiles fueron tres cosas: primero, que la inflación —aunque en forma lenta— va hacia abajo. Segundo, que a pesar de los discursos de la Fed, los mercados mantienen el optimismo de que este año habrá, cuando menos, una baja. Tercero, y quizá el más importante, es que las utilidades de las empresas registradas en el Standard & Poor’s tuvieron muy buenos resultados en el primer semestre.
Todo indica que estos podrán ser mejores en el segundo semestre, además de que no debemos descartar el hecho de que lo números económicos, aunque un poco más débiles que el año pasado, muestran crecimiento, sobre todo los de empleo y consumo, por eso la probabilidad de que EU se escape de una recesión es cada vez mayor y las apuestas están a favor de un aterrizaje suave de la economía.