Desde el inicio del sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha referido que su gobierno respeta el derecho a la libertad de expresión de la ciudadanía y los periodistas. Sin embargo, también ha referido en numerosas ocasiones que él, como presidente y sujeto pasivo de la crítica, hará uso de su derecho a la libertad de expresión para defenderse.
Una de las frases más concurrentes del presidente López Obrador cuando se siente atacado por la referencia a su persona ha sido “eso sí calienta” y en consecuencia responde. ¿Cómo ha sido la respuesta del presidente López Obrador? El ejemplo más reciente es el caso de Javier Sicilia, quien le escribió las siguientes palabras “Es momento de cambiar la estrategia por una a la altura de la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que padecemos […] Tú qué decides, Presidente. ¿Caminarás rumbo al horror que tus primeros pasos han transitado o rumbo a la esperanza a la que un día nos llamaste y a la que hoy esta nación ensangrentada nos convoca?”
Javier Sicilia, además de ser un poeta intelectual, es una de las víctimas de este país a quienes la violencia les arrebató a un miembro de su familia y les cambió la vida por completo, lo que provocó, como dice el propio Sicilia, que ese grupo de víctimas se haya convertido en la reserva moral de este país. En respuesta a la carta y frente a un perfil legitimado como el de Javier Sicilia, el presidente López Obrador respondió que tiene muchas actividades y que no le va a hacer el caldo gordo a los conservadores sentándose en el banquillo de los acusados. Entre dientes, el presidente ha llamado a Sicilia uno de sus adversarios.
¿Cómo reflexionar el uso que le ha dado el presidente López Obrador a lo que él llama su derecho a la libertad de expresión? La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha establecido que es un deber de las autoridades estatales pronunciarse sobre temas de interés público, pero que al hacerlo están sometidas a ciertas limitaciones y con una diligencia aún mayor a la empleada por los particulares.
Asimismo, la Corte IDH también ha referido que las autoridades estatales tienen una protección al honor diferenciada a la del resto de los ciudadanos, pues el funcionario se expone voluntariamente al escrutinio público y por lo tanto tiene mayor posibilidad de tener afectaciones en su honor, pero que al mismo tiempo tiene una mayor influencia social y facilidad de acceso a los medios de comunicación para dar explicaciones o responder sobre hechos que los involucren.
Javier Sicilia, en su prosa poética, es duro en la crítica, pero no falta al respeto y expresa lo que muchas mexicanas y mexicanos quisieran decirle al titular del Ejecutivo. Frente a ello, Andrés Manuel López Obrador sale a descalificar a Javier Sicilia desde la tribuna presidencial.
La libertad de expresión del presidente López Obrador tiene límites, no puede ni debe enviar mensajes de intolerancia o descalificación, debe centrarse en la dignidad del mensaje y no en atacar al mensajero. El presidente López Obrador desvía el fondo de la discusión, nos tiene hablando todas las mañaneras de los adversarios y los conservadores, sin pronunciarse de la agenda nacional.
@maiteazuela