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¿Qué está en juego con el posible despido de Lisa Cook de la Fed?

Hace algunos meses, cuando escribí sobre la tradición de la Fed que se había convertido en un gran error, describí cómo la Fed había pasado de ser un organismo colegiado de 12 personas a un organismo centralizado que sesgaba su decisión a la forma de pensar de su cabeza, concentrando, así, el camino de la política monetaria en un solo individuo. Terminaba esa reflexión diciendo que había que volver a alinear el poder de iure (mucho más acotado) con el poder de facto (mucho más amplio) del presidente de la junta de gobierno, para que remover a Powell, o a cualquier otro presidente o miembro del FOMC, fuera una tarea inútil si lo que se deseaba era hacerse del control de la Fed. Bueno, pues esa conclusión está perdiendo validez muy rápido.

Hay que recordar que el FOMC (el organismo colegiado para la toma de decisiones de la Fed) se compone de 19 miembros: siete gobernadores (incluyendo al presidente de la junta) y 12 presidentes regionales. Todos los años, el número de miembros que votan son 12, a saber, los siete gobernadores, el presidente regional de la Fed de Nueva York y cuatro presidentes regionales rotativos (que cambian todos los años). Además, los gobernadores son propuestos por el presidente del Ejecutivo, ratificados por el Senado y tienen mandato por 14 años. Asimismo, su elección es escalonada, es decir, el presidente del Ejecutivo en turno solo va a ser capaz de escoger a dos gobernadores o, si es que logra reelegirse para un segundo mandato (como es posible en EU), podrá escoger a otros dos. En ese sentido, suena bastante complicado hacerse del control del FOMC a lo largo de uno o dos mandatos presidenciales. Sin embargo, hay un detalle.

La junta de gobierno de la Fed (no el FOMC) es el órgano rector del banco central. Los siete gobernadores deciden cómo es que se llevan los asuntos del banco, y dentro de sus facultades está la de nombrar a los 12 presidentes regionales. En esencia, los presidentes regionales son empleados de la junta de gobierno, y la junta puede contratarlos y despedirlos sin mayor justificación. No necesitan aprobación ni del presidente del Ejecutivo ni del Senado. Basta con que la mayoría de los miembros de la junta de gobierno (cuatro de siete votos, sin importar cuál sea el voto del presidente de la junta) lo decidan, para que sea un hecho consumado. Si aplicamos estas reglas a la situación actual, no es muy difícil ver dónde está el problema.

En su primer mandato, Trump eligió a dos gobernadores: Waller (2020) y Bowman (2018). En su segundo mandato tiene la facultad de elegir a otros dos. Uno lo elegirá a inicios de 2026 (el puesto que dejó libre Kugler por su renuncia adelantada y que está ocupando Miran de manera interina) y el otro a inicios de 2028, 12 meses antes de que Trump deje de ser presidente. Es decir, “siguiendo las reglas”, Trump podría hacerse del control de la junta de gobierno (eligiendo a cuatro de siete gobernadores) hasta el final de su mandato, lo cual no es tan grave (así fue diseñado). Aquí es cuando Lisa Cook entra en la ecuación. El mandato de Lisa Cook termina en 2038, por lo que, de ser despedida, Trump tendría la facultad de nombrar a un miembro “interino” para suplirla y así tener a cuatro personas impuestas por él desde enero de 2026: Waller, Bowman, Miran (o alguien más) y una cuarta persona que sería incondicional a él.

Con este nombramiento adelantado, podría hacerse del control de la Fed al inicio de su mandato, y no al final como dictan las reglas. Al tener cuatro de los siete gobernadores podría imponer a 12 presidentes regionales incondicionales y tener nueve de los 12 votos del FOMC (cuatro gobernadores, el presidente de la Fed de Nueva York y cuatro presidentes regionales rotativos), logrando así imponer su voluntad en cómo se lleva a cabo la política monetaria de la Fed.

Este riesgo ya está siendo considerado por los mercados. En la última encuesta mensual de Bank of America, el riesgo de que la Fed pierda independencia durante los siguientes 12 meses es uno de los más nombrados entre los participantes. Asimismo, el posicionamiento más popular en las carteras de los manejadores de inversión es estar corto el dólar por el posible impacto que esta pérdida de independencia podría traer.

La pregunta hoy es: ¿Lisa Cook será despedida? Si se llegase a dar el caso y Trump impone a un incondicional en su lugar, no todo está perdido. Eso sí, la pregunta mutaría a ¿qué tan incondicionales son Waller y Bowman? ¿Se alinearán con las ideas de Trump y ayudarán a mover la balanza para un cambio radical en el FOMC, o aguantarán los embates del presidente? Una pista puede venir en la forma en la que votaron en la última junta de política monetaria: mientras Miran votó por un recorte de 0.50 por ciento, Waller y Bowman votaron en línea con el resto (recorte de 0.25 por ciento). Eso, y otros detalles en los que no ahondaré, me dan pie a pensar que, aunque Lisa Cook sea despedida, la balanza seguirá sesgada a favor de la independencia, aunque el equilibrio sea mucho más frágil que en otras ocasiones.


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Luis Gonzalí
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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