Es inevitable seguir hablando de Chat GPT4; ya mencionamos en anteriores columnas que el 22 de noviembre de 2022 fue un parteaguas, en el sentido de que el mundo como lo conocemos cambió a partir de ese día.
Y la verdad es que no estamos exagerando; cada día que pasa descubrimos nuevas posibilidades de interacción con este bot que, también hay que decirlo, no es una bola de cristal a la que podamos consultar sobre los números ganadores de la lotería de la siguiente semana, tampoco es el oráculo universal que nos dé a conocer los misterios del universo.
Lo que sí es esta herramienta es un buscador muy poderoso, de gran capacidad de información acumulada y de mucha velocidad para búsqueda en toda la web.
Adicionalmente, al utilizar la convergencia de tecnologías, interactúa con otra herramientas como Dall-E para obtener imágenes, o Speechify para voz y sonidos, etc. Podemos lograr un abanico infinito de posibilidades en la creación de aplicaciones útiles en la vida diaria.
Se espera que, en un futuro próximo, se sigan desarrollando iteraciones de Chat GPT, mejorando su capacidad para entender el lenguaje natural y generar respuestas más precisas y coherentes.
Con la creciente viralización del uso de esta tecnología, se espera que tenga un impacto significativo en la educación tradicional; en particular, en la forma en que se imparten las clases y se evalúa el aprendizaje.
Por un lado, se espera que Chat GPT pueda ser utilizado para mejorar la accesibilidad y la personalización de la educación, permitiendo que los estudiantes interactúen con un sistema que pueda adaptarse a su nivel de conocimiento y proporcionar respuestas y explicaciones relevantes y útiles en tiempo real.
También se espera que pueda utilizarse para mejorar la eficiencia de los procesos de enseñanza, automatizando tareas como la corrección de exámenes y la retroalimentación de los estudiantes.
Por otro lado, el uso masivo de Chat GPT también plantea desafíos y riesgos. En particular, existe el riesgo de que la tecnología reemplace la interacción humana en la educación, lo que podría tener un impacto negativo en el desarrollo social y emocional de los estudiantes.
También existe el riesgo de que la tecnología perpetúe y amplíe las desigualdades existentes en el acceso a la educación, ya que aquellos que no tienen acceso a la tecnología o no pueden utilizarla eficazmente podrían quedarse atrás.
En resumen, tendremos mucho de qué seguir hablando al respecto.
Luis Apperti Llovet