La leyenda de los licántropos es rica y ha sido fuente de innumerables historias, desafortunadamente muy pocas han logrado un resultado decente en televisión o cine. Por ello clásicos como Un hombre lobo americano en Londres o Aullidos permanecen en el gusto mientras que otros se van al olvido como Cursed de Wes Craven o la secuela Un hombre lobo americano en París.
En esta última al igual que en la saga de acción Underworld, me parece que los efectos por computadora son parte del problema, al mostrarnos hombres lobo demasiado estilizados, cuando su naturaleza pide algo más agresivo visualmente. En televisión, o en realidad streaming, Hemlock Grove presentó una de las transformaciones más dignas de un licántropo en muchos años, con algunos toques de originalidad, a pesar de que dicha serie terminó por hundirse con un guión flojo y una ultima temporada sumamente decepcionante, pero los logros técnicos ahí quedan.
A esto quiero agregar una sugerencia contemporánea que me sorprendió, se trata del filme canadiense de 2014, Wolfcop. No es extraño en las historias sobre policías alcohólicos como es el protagonista Lou Garou, perder el conocimiento y despertar al día siguiente en un lugar desconocido, pero resulta que esto toma un giro extraño. Se agrega que, cuando la luna llena domina la noche, Lou se convierte en un poderoso hombre lobo.
La cinta toma mucha inspiración de los éxitos ochenteros serie B, pero es homenaje sale avante sin problema. Es una joya del género por muchos aspectos, comenzando por la transformación, un elemento muy importante para medir la calidad de estas producciones.
El trabajo de maquillaje es extraordinario, con especial atención en la manera cómo el humano se transforma. Cada parte de su cuerpo toma este aspecto en una combinación de gore y con momento sorpresivos que provocan risas incómodas, que en este caso encajan eficazmente. La cinta no se toma en serio, salvo la trama que busca una línea fija y en realidad no tiene problemas de estructura. La lógica sale por la ventana en el resto, no sólo por tratarse de un hombre lobo sino para divertirse con todo lo que tiene a su disposición. Hay escenas grotescas diseñadas para hacer reír y lo logran.
En breve se convirtió en un filme de culto y tres años después se presentó una secuela aún más desquiciada y divertida, a la que se acompañó de una miniserie en cómic por parte de Dynamite.
La segunda cinta llamada Another Wolfcop tomó nota de aquellos elementos que hicieron un éxito del primero para otorgarlos a un nivel más, donde la línea entre la cordura se pierde casi por completo, pero el destacado trabajo en maquillaje y un guión sólido se mantienen.
Entre los filmes de hombres lobo, Wolfcop es una joya muy recomendable que vale la pena buscar en una filmografía de un personaje de horror tan apreciado pero con pocos resultados satisfactorios.