¿Por qué nos llamamos “Estados Unidos Mexicanos”? En 1916, Venustiano Carranza estaba convencido de que la lucha armada debía llegar a su fin y dar paso a la formación de un nuevo Estado, sustentado en una Constitución. El Congreso Constituyente, resultado de su convocatoria, inicio sus trabajos el 1° de diciembre de 1916. Los motivos por los que los diputados se reunieron en la ciudad de Querétaro y no en la capital de la República no están del todo claros. Algunos historiadores suponen que Carranza eligió Querétaro por su importancia histórica: en esa ciudad se inició el movimiento de Independencia y ahí fue derrotado el Segundo Imperio de Maximiliano.
Pero, lo más probable es que el Congreso Constituyente se reunió en Querétaro porque en la Ciudad de México había una gran cantidad de disturbios por el rompimiento del “Primer Jefe” con la organización obrera la “Casa del Obrero Mundial”. Además, la ciudad se encontraba amenazada por las tropas de Zapata.
El Congreso Constituyente se reunió en el Teatro Iturbide y estaba integrado por un total de 218 delegados, representantes de los estados (propietarios y suplentes). Ninguno de ellos pertenecía al sexo femenino. La promesa de Carranza de establecer la igualdad entre los mexicanos no incluyó a las mujeres. Entre los delegados había 62 abogados, 22 militares, 18 profesores, dos farmacéuticos y un actor.
El 1 de diciembre de 1916 el Congreso fue inaugurado por “el Primer Jefe”, quien presentó su proyecto, esperando que éste fuera ratificado sin ningún cuestionamiento. Pero lo que ocurrió fue algo muy distinto, pues la mayoría de los diputados fue discrepando paulatinamente del proyecto presentado por el Ejecutivo.
Los delegados tomaron muy en serio su labor. Se habla que la Constitución costó 150,000 horas-hombre y dos millones de pesos. En un lapso récord de dos meses, entre el 1 de diciembre de 1916 y el 5 de febrero de 1917 (67 sesiones con 179 votaciones) los diputados lograron redactar la Carta Magna.
Los llamados “jacobinos”, poco más de cincuenta, eran una fracción del Constituyente que luchaba por dar una respuesta social a las demandas de los grupos no privilegiados. También se les conoce como los “radicales”, pues estaban decididos a cambiar el proyecto original de Carranza y a dislocar la constelación de intereses que se había formado.
Los “moderados” eran cerca de 65 Constituyentes simpatizantes de Carranza.
Había también un grupo de diputados llamados “independientes”, de filiación flexible, difícil de posicionar ideológicamente, pero que fueron la fuerza decisiva en las votaciones polarizadas entre los jacobinos y los carrancistas.
La integración del Congreso Constituyente fue muy criticada, pues no permitió la participación de villistas y zapatistas. Para ser electo se necesitaba cumplir con los mismos requisitos exigidos por la Constitución de 1857 para ser diputado, además de no haber pertenecido a ninguna fracción hostil a la causa constitucionalista, es decir, se cerró la puerta a los enemigos de Carranza.
Desde 1824, la nación tenía por nombre Estados Unidos Mexicanos (para subrayar el pacto federal), pero en 1917 hubo una propuesta para llamarla “República Federal Mexicana”. Después de una intensa discusión -la primera-, los constituyentes votaron 108 a favor y 57 en contra para que permaneciera el nombre de “Estados Unidos Mexicanos”. El diputado Enrique Colunga dijo entonces que “con la sustitución de Estados Unidos por República no queremos otra cosa que quitar una denominación que nos liga con la nación vecina.” (¿Y no sería prudente ahora reconsiderar el señalamiento de este delegado?).
Según el excelente historiador jalisciense Mario Aldana, a las mujeres se nos negó el derecho al voto con el argumento de que “serían votos para la Iglesia”. Tan pronto se hizo este señalamiento en el debate, el tema no volvió a tocarse.
La Constitución fijo el máximo de la jornada laboral en ocho horas, siete para trabajo nocturno y seis para los niños entre 12 y 16 años; igual salario por igual trabajo independiente del género de quien lo desempeñe, y protegió a las trabajadoras antes y después del parto.
La Constitución también fijó el derecho de huelga y la libertad de organización sindical.
Es verdad que Villa tuvo 23 esposas –algunas fuentes dicen que eran 27-, pero el llamado “problema capital de la revolución” fue la restitución de los ejidos y el fomento a la pequeña propiedad.
El 30 de enero, después de un debate encarnizado, a las 3:30 de la mañana una campanilla llamó a votación. El proceso de negociación del artículo más largo, nacionalista y belicoso llegó a su fin. Se trató del artículo 27, que hacía a la Nación propietaria de las tierras y abría la puerta para la disolución de los latifundios.
La Constitución de 1917 fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y hasta ahora es la que rige al país.
Así que, conforme a esta información, los resultados de la trivia de la semana pasada son los siguientes: 1. B, 2.B, 3. B, 4. C, 5. A, 6. A, 7. A, 8.B, 9. A, 10. A, 11.B, 12. A, 13. B, 14. A, 15.B, 16. A, 17. B, 18. A, 19. A, 20. A, 21, A, 22. B.