El 5 de septiembre se conmemora el día internacional de la mujer indígena. Todo mi reconocimiento a las mujeres indígenas. Ellas son el gran pilar de sus comunidades. Defensoras e impulsoras de sus raíces, de sus costumbres. Celebro que exista esta conmemoración, pues permite visibilizar la situación de las mujeres indígenas en nuestro país.
No debemos pasar por alto, que ellas enfrentan una doble vulnerabilidad, por su origen étnico y por su condición socioeconómica, que limita sus oportunidades.
El Censo de INEGI 2020, nos revela que las mujeres indígenas representan una parte significativa de nuestra población, pues de acuerdo a dichos datos, el 19.4% de la población nacional se auto identifican como indígenas, de esa población, el 51.4% son mujeres, es decir, hay cerca de 12 millones de mujeres indígenas en nuestro país.
En 2021 el entonces INMUJERES elaboró un cuadernillo temático, por estados y municipios, relativo a Mujeres Indígenas, a fin de incentivar el uso de indicadores estadísticos, y utilizar los datos en el diseño de políticas públicas.
En Guanajuato, en mayo de este año, se publicó en el Periódico Oficial de Gobierno del Estado de Guanajuato, la armonización y homologación de nuestra Constitución Estatal con el Decreto por el que se reformó el artículo 2° de la Constitución General.
A través de esta reforma, se reconoce el derecho de las mujeres indígenas y afromexicanas a participar de manera efectiva y en condiciones de igualdad sustantiva en los procesos de desarrollo integral de sus pueblos y comunidades; en la toma de decisiones de carácter público; en la promoción y respeto de sus derechos de acceso a la educación, a la salud, a la propiedad y a la posesión de la tierra y demás derechos humanos.
El reto es generar las condiciones necesarias para que las mujeres y niñas de las comunidades indígenas tengan acceso a los servicios de salud, educativos, a la capacitación para el trabajo, respetando su cultura y sus costumbres.
Desde luego es vital que los cambios normativos que han de desarrollarse para la creación de las políticas públicas, se sometan a la consulta prevista por el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, tal cual lo ha refrendado la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Las consultas que han de realizarse deben previas, culturalmente adecuadas y debidamente informadas sobre las consecuencias de la misma. Todo ello en aras de tomar las decisiones de manera adecuada y poniendo en el centro las necesidades de las personas.
Tenemos frente a nosotros la oportunidad de construir políticas públicas que incidan de manera positiva en las mujeres indígenas, nuestra brújula debe ser el respeto a los derechos humanos, con la firme convicción de que cada acción que realicemos sea en favor de las personas.