El 10 de diciembre de 1948 se concretó el documento que conocemos como Declaración Universal de Derechos Humanos. Para conmemorar el 77 aniversario de la Declaración, la Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato elaboró y presentó un texto que recopila diversos artículos que reflexionan acerca de distintos aspectos en los que la cultura de los derechos humanos ha ido evolucionando, pero que también nos recuerdan lo que nos falta por concretar.
La lectura de este libro hace patente que la defensa de los derechos humanos no es un ejercicio exclusivo de tratados y de foros, sino una práctica cotidiana que nos involucra a todas las personas.
Tal como lo mencionamos en la presentación, la Declaración Universal de Derechos Humanos surge después de los abusos padecidos durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en una promesa de libertad, igualdad y justicia para todas las personas.
A 77 años de su proclamación no debemos olvidar las razones por la cuales surgió y continuar defendiendo sus principios, que siguen vigentes y que son una guía en la defensa de la dignidad.
El libro nos invita a conocer la diversidad de pensamientos y realidades. Es un punto de inicio para un ejercicio crítico de nuestro entorno, pues no podemos dejar de reconocer que en el ejercicio de los derechos humanos hemos tenido grandes avances, pero aún falta mucho por hacer.
Desde luego, una gran tarea de los organismos públicos de derechos humanos es la defensa de los mismos, que se traduce en las acciones que llevamos a cabo para la investigación de un hecho posiblemente violatorio de un derecho y en su momento las medidas que se emitan para su reparación.
Sin embargo y sin duda, la tarea fundamental de los organismos de derechos humanos, es la educación y difusión de los derechos, pues sin estas acciones, no sería posible que la población tuviera conocimiento de sus derechos, ni podría saber que existen medios de defensa para los mismos.
En materia de derechos humanos falta camino por recorrer. Ha habido avances desde luego, pero sin duda debemos reforzar nuestras acciones y redoblar nuestros esfuerzos para llegar a todas las personas, continuar con las capacitaciones en escuelas, comunidades, a servidores públicos.
No debemos olvidar que como organismo tenemos una encomienda que cumplir y como personas comprometidas con el respeto de los derechos humanos también, nuestras acciones siempre deben ir encaminadas a fortalecer la cultura de respeto de los derechos humanos.