Los resultados de la jornada electoral confirman que en nuestro estado existirá una reconfiguración de las fuerzas políticas en lo que respecta a la cantidad de municipios que cada una gobierna y, por consiguiente, habrá cambios en la proporción de población que gobernará cada partido.
Pero esta elección también ha servido como recordatorio de lo que muchas veces en la política parece obvio, pero que en los hechos queda en el olvido: la fuerza de escuchar a la militancia y el necesario acompañamiento de las causas ciudadanas. Desde el inicio de la actual dirigencia, en el PRI de Hidalgo volteamos a ver a quienes siempre estuvieron ahí esperando el llamado, regresamos a nuestras bases, a escuchar a la militancia para reconocer en ellas y en ellos lo mejor que tiene el Partido. Fue así como comenzamos a mover todo el Partido, todo el tiempo y en todos los lugares y decidimos convertirnos en el Partido que se mueve.
Con cercanía a nuestra militancia, apostamos por la profesionalización de la política, la capacitación de nuestras estructuras y el trabajo permanente de Partido. También identificamos que los priistas querían que en las elecciones municipales el Partido no fuera en alianza, que los candidatos emanados de las filas del PRI iban a competir con la fuerza de las propuestas y que el compromiso que tanto ha distinguido a nuestro instituto político estaba más vigente que nunca.
Fueron las y los priistas hidalguenses quienes demostraron que la unidad, las propuestas y el trabajo de partido son parte indispensable en el éxito de cualquier proceso electoral. Fue escuchando a la militancia como construimos una plataforma electoral atractiva, cercana y apegada a las exigencias ciudadanas, pues recordamos que la ciudadanía privilegia más los hechos que las palabras. Aprovechamos, además, el mayor capital político del Partido y supimos transmitirlo a la militancia y a la ciudadanía, resaltando que los gobiernos con resultados son los que mantienen la confianza de la población. Hoy los positivos de un gobierno como el de Omar Fayad Meneses fueron sin duda la mayor bandera para el priismo de nuestro estado. Los resultados de los comicios vienen a ser una evaluación muy positiva de las cuentas que ha rendido un gobernante que salió de las filas del priismo hidalguense.
Pero también esta elección nos ha dado una gran lección. La fórmula de la victoria estuvo siempre enfrente, pero pasaba desapercibida por su nobleza: la política merece regresar a las calles, necesita recoger el sentimiento ciudadano para ofrecer soluciones, para decir sí, cuando sí se puede y también hablar con la verdad cuando existen obstáculos. Estas elecciones nos recordaron el justo y necesario espacio que merece la voz ciudadana en la construcción del futuro de nuestra sociedad.
Han pasado las elecciones, y es momento de ver hacia adelante. Parece lejano, pero el trabajo de los presidentes electos comienza ahora.
Twitter: @jmvalerapiedras