Los gobiernos en todo el mundo han tomado diversas medidas para reducir la velocidad de propagación del COVID-19. Una de ellas, que ha sido considerada como la más efectiva, es el distanciamiento social, misma que han dejado resultados efectivos para reducir la cantidad de contagios.
Sin embargo, los confinamientos prolongados y generalizados han ocasionado externalidades negativas paralelas a la crisis sanitaria. Entre las más preocupantes se encuentra la complejidad para adecuar el modelo educativo para su implementación a distancia.
En nuestro país se creó el programa “Aprende en Casa” como un mecanismo de continuidad del ciclo escolar desde casa tomando en cuenta que el 92.5% de la población cuenta con acceso a una televisión en sus hogares, según lo descrito por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de la Información en los Hogares 2019 del Inegi.
Este programa se convirtió en el principal medio de impartición de educación a distancia por su capacidad de cobertura que ofrece.
Si bien “Aprende en Casa” sirvió como una respuesta sensata ante la crisis sanitaria, es cierto que el programa se ha encontrado con limitantes en cuanto al acceso a las tecnologías de la información y comunicación, una situación que se complejiza cuando se refiere a estudiantes con alguna discapacidad.
Según datos de la Secretaría de Educación Pública, en el ciclo escolar 2019-2020 la SEP atendió a 628 mil 609 alumnos con necesidades especiales de aprendizaje.
Dada esta situación, el programa de “Aprende en Casa” impulsó 4 sugerencias para atender a los alumnos con algún tipo de discapacidad:
1) para los alumnos con discapacidad auditiva se instaló el programa de lenguaje de señas;
2) para los alumnos con discapacidad visual se solicita a la familia narrar el video al estudiante;
3) para los alumnos con discapacidad intelectual se pidió a los padres de familia hacer énfasis en la descripción de los objetos y situaciones; y
4) para los alumnos con discapacidad motriz se consideró verificar que el estudiante tiene acceso a la pantalla y a los materiales necesarios.
Como puede apreciarse, la implementación de estas recomendaciones para acompañar a las y los alumnos con alguna discapacidad resulta compleja, pues la propuesta depende en gran medida del papel de los padres de familia más que en utilizar el potencial de otros medios.
Es por lo que en el Grupo Legislativo del PRI en el Congreso de Hidalgo presentamos una iniciativa para fortalecer el uso de los medios digitales como un mecanismo para el aprendizaje, así como asegurar la capacitación continua de los docentes en el uso de la tecnología de la información y comunicación en el proceso de enseñanza de los estudiantes con necesidades especiales.
Con la propuesta, se establece como facultad de la Secretaría de Educación del Estado el desarrollar herramientas y mecanismos digitales para la enseñanza de las y los estudiantes con alguna discapacidad.
También se adiciona que tanto la Secretaría como las autoridades municipales deberán impulsar la formación y capacitación continua de maestras y maestros en el uso de las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digital en el proceso de enseñanza a educandos con alguna discapacidad.
En el grupo legislativo del PRI hemos pugnado por la inclusión plena de todos los grupos de la sociedad, sobretodo en un tema tan sensible como es el desarrollo educativo.
Recordemos que la educación es el mejor mecanismo de movilidad social y de construcción de una sociedad más justa.
Julio Valera