Por fin podemos ver el final de la pandemia. El mapa del semáforo epidemiológico del país está cambiando de color. Ya no vemos estados en rojo. Con excepción de tres que se ubican en naranja, los demás están en amarillo o en verde. De no presentarse nuevos brotes, pronto estará permitido retomar nuestras vidas precovid. La pregunta es si lo queremos hacer.
Mi impresión es que no del todo. La pandemia será un punto de inflexión. La manera en que trabajamos, compramos, estudiamos y nos entretenemos cambió. Rectifico. Más que cambiar, se aceleraron las tendencias que ya eran palpables desde hace tiempo. El confinamiento solo se encargó de darles un empujón. Lo que habría tomado 10 años en adoptarse, se asimiló en 10 meses.
No veo, por ejemplo, que volvamos a la estructura de trabajo de antes. Zoom se encargó de redefinirla. Al no poder salir de la casa durante este tiempo, muchos se dieron cuenta de que la distancia no era tan importante y de que es posible cumplir con las responsabilidades laborales sin tener que estar en la oficina. Las repercusiones de esta revelación serán profundas tanto para las empresas como para los trabajadores.
La forma en que compramos también se redefinió. Sin ir a las tiendas, el comercio electrónico se encargó de que éstas vinieran a nosotros. Millones de personas descubrieron la conveniencia de comprar en línea; será difícil que regresen a sus antiguos hábitos de consumo.
Otras actividades que sufrieron cambios permanentes por el covid son la educación, el entretenimiento y la salud. El aprendizaje remoto tendrá cada vez un mayor peso en la preparación de los jóvenes. El streaming continuará siendo un sustituto de ir al cine para muchos en el futuro. La telemedicina jugará un papel más relevante. Incluso los hábitos de comer que impulsó el confinamiento —con mayores entregas a domicilio— perdurarán.
Sin embargo, es un error sobreestimar la magnitud de los cambios. Pese a la sustitución del mundo físico por el digital, las personas somos seres sociales y ahora que se abra más la economía volveremos a buscar reunirnos en el trabajo, en centros comerciales, escuelas, cines y restaurantes. En otras palabras, la transformación no será total. Parte del pasado regresará. Lo interesante es cuál y cuánto.
Ya el mercado está haciendo sus apuestas. Como era de esperarse, gigantes tecnológicos como Amazon, Zoom y Netflix han visto sus valuaciones dispararse por la percepción de que serán ganadores en la nueva realidad. Lo que sorprende es que sectores que fueron muy castigados, como las aerolíneas e incluso el restaurantero, han comenzado a recuperarse ahora que se está reabriendo la economía.
No cabe duda de que habrá un antes y un después del covid en múltiples frentes, pero conforme se vayan eliminando las restricciones para reunirnos en persona veremos cómo ciertas costumbres del pasado no han cambiado.
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