Negocios

Aeroméxico regresa a la BMV, pero una golondrina no hace verano

Son buenas noticias que Aeroméxico haya regresado a cotizar en bolsa. Que la aerolínea insignia de México vuelva a ser una empresa pública (en la Bolsa Mexicana de Valores y también en la de Nueva York) es positivo en muchos sentidos: da a los inversionistas mexicanos más opciones, le permite a la empresa acceder a capital y ofrece a sus accionistas un mercado para hacer líquidas sus posiciones.

También es una buena noticia para el país. Una economía dinámica necesita un mercado bursátil amplio y profundo, en el que las empresas puedan financiar su crecimiento y los inversionistas participar en él. El problema es que el regreso de Aeroméxico, aunque bienvenido, no resuelve el profundo estancamiento del mercado de capitales mexicano. Una golondrina no hace verano.

En los últimos ocho años, más de una docena de empresas se han deslistado de la Bolsa, entre ellas Maxcom, Elementia, Grupo Lala y Bachoco. Y en todo ese tiempo no se había registrado una sola oferta pública inicial, hasta ahora. Tener dos bolsas, BMV y Biva , no ha sido suficiente para revertir esta tendencia. Ambas han fallado en convencer a las empresas privadas de que cotizar en ellas tiene sentido.

Y pese a que es alentador que existan más opciones de inversión en México, la historia de Aeroméxico (y de las aerolíneas en general) amerita cautela para quienes piensan comprar acciones. La empresa vuelve al mercado tras haberse declarado en quiebra en EU en 2020 a raíz de la pandemia. Su recuperación merece reconocimiento, pero las aerolíneas no suelen ser buenas inversiones. Los márgenes son pequeños, los costos altos y la competencia feroz. Mexicana de Aviación, nuestra otra gran aerolínea histórica, ha enfrentado múltiples bancarrotas y ahora opera gracias a la generosidad del gobierno (o, mejor dicho, de la de los contribuyentes). Interjet se declaró en concurso mercantil en 2022 y Aeromar dejó de operar el año pasado. 

Aeroméxico, además, enfrenta una serie de problemas externos. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México le arrebató al país, y a Aeroméxico, la posibilidad de contar con un hub de clase mundial que habría conectado a América con Europa y con Asia. En su lugar, la zona metropolitana tiene un sistema aeroportuario fragmentado, con el AIFA que no despega y el AICM saturado y deteriorado. A esto se suman represalias de EU, como la cancelación de rutas antiguas y el retraso en la apertura de nuevas. Por si fuera poco, el gobierno estadunidense ordenó terminar la alianza entre Aeroméxico y Delta, su principal socio comercial y accionista. El mercado no parece tan optimista sobre las perspectivas de la aerolínea: su acción cotiza por debajo de su precio de salida. 

Aun así, vale la pena celebrar el regreso de Aeroméxico a la BMV. Ojalá que más empresas sigan sus pasos y se animen a cotizar en las bolsas mexicanas. Es evidente que nuestro mercado lo necesita.


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Julio Serrano Espinosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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