Ya era el favorito para ganar y después del atentado del sábado parece inminente su triunfo. Trump se perfila como el próximo presidente de Estados Unidos. Sus tendencias nativistas y la volatilidad de su personalidad presagian un periodo repleto de riesgos para el mundo. México es particularmente vulnerable.
Varias de las políticas que Trump ha sugerido que adoptará son perjudiciales para nuestro país. Uno de sus lemas es “America First”, lo que significa, entre otras cosas, privilegiar a los productores de EU por encima de los extranjeros. No importa que se ha demostrado una y otra vez que el intercambio de bienes y servicios entre países es la estrategia que más riqueza genera. Para el fundador del movimiento MAGA, un déficit comercial es una señal de debilidad. En campaña ha amenazado con imponer un arancel de 10% a todas las importaciones.
Para México, una medida como esta será devastadora. El comercio representa cerca de 80% del PIB nacional y la gran mayoría ocurre con EU (somos su principal socio comercial). Tenemos la fortuna de contar con el T-MEC, lo que, en teoría, debe de aislarnos de los instintos proteccionistas de Trump. Pero más nos vale no confiarnos. En 2026 viene la primera revisión del tratado y podemos estar seguros de que no titubeará en utilizar la negociación para ejercer presión en otros frentes (en el control de la migración, por ejemplo).
Trump ha hablado de llevar a cabo la “mayor operación doméstica de deportación en la historia” de su país. Alrededor de 5 millones de mexicanos viven en EU sin papeles. No veo cómo podemos recibirlos sin que se genere un gran desequilibrio económico y social. Y aunque no cumpla con esta propuesta, lo más probable es que endurezca su política migratoria. Las remesas, las cuales representan la principal fuente de divisas para nuestro país y un salvavidas para millones de familias, podrán verse afectadas. La construcción de su muro fronterizo y otras medidas en el mismo sentido aumentarán la cantidad de migrantes centroamericanos y de otros países que permanecen en México.
Nuestra soberanía también puede verse vulnerada. Varios miembros del partido de Trump han propuesto declarar a los cárteles como organizaciones terroristas para así poder usar la fuerza militar en su contra, aun cuando estén en México. Parece inconcebible que esto ocurra, pero con Trump en la presidencia puede aumentar la presión.
Por supuesto que las amenazas anteriores pueden no materializarse. No hay que olvidar que tras el pavor en México que generó su primera presidencia, los resultados no fueron tan malos como muchos anticipaban. López Obrador supo manejar bien la relación con Trump, y Sheinbaum ha armado un buen equipo, encabezado por Ebrard, para lidiar con EU. Lo que es más, si maneja bien su economía y toma mayor distancia con China incluso puede ser bueno para nuestro país. No obstante, más nos vale estar listos para la probable turbulencia que nos espera.