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Apretando, pero sin ahorcar

Ese sigue siendo el discurso y la mayor causa de volatilidad. Y es que cada que oímos a la Reserva Federal de Estados Unidos, en voz de su presidente, Jerome Powell, consistente e insiste en que la inflación sigue alta, los riesgos latentes, no se descartan más aumentos y las tasas de interés estarán elevadas por un periodo prolongado.

Es obvio que todo esto provoca el aumento de los rendimientos de los bonos del tesoro. De hecho, el de 10 años, la principal referencia, alcanzó niveles que rebasan 5 por ciento. Este bono no solo es una referencia en materia de inversiones ,también de créditos. Al subir, los inversionistas salen de bolsa y de países emergentes, provocando la baja de las acciones y la apreciación del dólar estadunidense. 

Mientras este discurso no cambie, difícilmente se acabará la volatilidad. Ahora bien, está el hecho de que las acciones de la Reserva Federal y los bancos centrales “aprieten, pero no ahorquen”. Una cosa es controlar a la inflación desincentivando al consumo a través de altas tasas de interés, y otra muy distinta es que se les pase la mano y generen recesión. Ese fino actuar está entrando en su etapa más crítica. 

Las posibilidades de un incremento más son reales; sin embargo, de presentarse, será hasta la junta de diciembre y no en la de noviembre, como se pensaba. 

Esta semana estará marcada por los reportes corporativos. Se espera que sean ligeramente mejores a lo esperado. Ello definirá el rumbo del mercado. Creo que también el conflicto Israel-Hamás, si bien no ha afectado mucho al mercado, sí provocarrá mayor cautela ante temores de que se complique. Si bien es cierto que el conflicto no ha repercutido porque no se ha comprometido el tráfico, suministro o producción de alguna materia prima o alimento en la región para el resto del mundo, la posibilidad de que escale, por la intervención de países más grandes, está latente.

Por todo esto el peso mexicano se ha depreciado. Es normal en este proceso de riesgo inflacionario y de conflictos bélicos que los inversionistas salgan de monedas emergentes y se refugien en dólares y bonos del Tesoro.

La selección de activos en este momento es delicada: hay que determinar en qué empresas y sectores invertir, y empezar a participar en la curva de rendimientos a plazo. Debemos aceptar cierta volatilidad en el corto plazo. En el mediano y largo, con esta estrategia, la rentabilidad se ve atractiva. 


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Juan S. Musi Amione
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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