Paradójicamente, el descomunal atraco al erario público cometido durante el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, denunciado por el mandatario Américo Villarreal Anaya, sucede durante el sexenio en que surge el Sistema Anticorrupción de Tamaulipas.
Absurdo, pero cierto: el desfalco sucede cuando un conjunto de instituciones del Estado, sincronizan su energía para prevenir, combatir y sancionar los actos de corrupción, y al frente del Poder Ejecutivo despacha un ex senador que aprobó la Reforma Anticorrupción Federal.
Entre la conducta del senador Francisco Javier, que aportó uno de los 99 votos a favor de la Reforma Constitucional Anticorrupción (21/04/2015), y la del gobernador García Cabeza de Vaca, existe una diferencia de cientos de millones de pesos desfalcados al erario público (AVA dixit).
Liderado por el Secretario Ejecutivo y la Fiscalía Especializada, el Sistema Estatal Anticorrupción, impulsado por García Cabeza de Vaca y aprobado por el Congreso local, entre el 5 de abril y el 17 de julio de 2017, es cuestionado severamente por la sociedad tamaulipeca.
¿Por qué razón los fiscales anticorrupción Javier Castro Ormaechea y Raúl Ramírez Castañeda, no apaciguaron el atraco llevando a juicio al personal de las Secretarías de Salud, Obras Públicas, Educación y Seguridad Pública, señaladas por Américo Villarreal Anaya?
O bien porque fueron cómplices y actuaron como tapaderas, o bien porque sirvieron para amedrentar y encarcelar a los adversarios de García Cabeza de Vaca, como fue el caso de Eugenio Hernández Flores.
Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, permite evaluar el desempeño de la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas.
De acuerdo al IMCO, únicamente el 2% de las investigaciones de 2022 se han judicializado, ocupando el lugar 20 entre las 27 evaluadas, confirmando la ineficacia de una fiscalía afectada por la vista gorda.
Por lo pronto, el funcionariado de las Secretarías de Obras Públicas, Salud, Educación y Seguridad Pública, del sexenio cabecista, debe poner las barbas a remojar, porque el gobernador Américo Villarreal Anaya ha sido enfático: el combate a la corrupción va en serio.