Los triunfos son amores, todo se perdona, todo se matiza y todo se justifica con los tres puntos en a bolsa.
Ganar genera afinidades y afectos que no permiten los cuestionamientos o las críticas al funcionamiento de un equipo de fútbol.
Pero cuando llegan las derrotas, con mal funcionamiento y sin goles es entonces cuando se revelan las críticas y no hay manera de cubrirlas porque no hay victoria de por medio.
El arranque de campeonato tuvo dos puntos positivos para la escuadra albiverde: aprovecharon a los equipos de la parte baja de la clasificación (Chivas, FC Juárez, Puebla y Veracruz) para ganar partidos en casa, algo que no hacían el torneo anterior.
Y el segundo punto a favor fue el desempeño de sus jugadores ofensivos encabezados por Brian Lozano y Julio Furch, acompañados por Adrián Lozano y hasta alcanzó para que Eryc Castillo jugará bien cinco partidos.
Pero desde el juego frente a León comenzó a agudizarse el problema en zona defensiva, al empezar a recibir un promedio de dos goles por partido.
La famosa presión alta trae consigo dos problemas: el primero es que el equipo defiende con 10 elementos en el terreno del rival, eso provoca que, cuando pasan línea ofensiva de Santos los espacios abiertos dejan mano a mano a los defensas, quienes están sobre la línea de mediocampo.
En este punto aparece el segundo problema, la media de contención no contiene y los laterales no tienen formación de laterales.
Necaxa ya había mostrado que a Santos Laguna se le puede tocar a pelota en mediocampo sin complicaciones y llegar a la portería de Jonathan Orozco. León ratificó ese punto en el gol dos que anotó.
Rayados también había dado muestras de la fragilidad defensiva de los albiverdes con los desbordes de Gallardo y Layún, pero en ese juego ambos elementos centraron fatal y Matheus Dória tuvo un gran partido.
Pachuca fue quien puso la muestra de como anular la presión alta: acercó sus mediocampistas (Jorge Hernández y Rubens Sambueza) para ayudar a los defensas en la salida y ahí vimos como se diluyó el principal recurso santista para anotar goles.
Los siguientes cuatro equipos emularon lo hecho por los Tuzos con sus virtudes y limitaciones (San Luis, Veracruz, Pumas y Tigres).
Los potosinos empataron dos veces el marcador y los Tiburones Rojos tuvieron un cómodo primer tiempo en el que se dieron tiempo para tocar el balón.
Pumas y Tigres fueron los equipos que coronaron lo que se ha estudiado a la escuadra dirigida por Almada.
Se acabó la ofensiva y la zona defensiva claudicó, entonces apareció la preocupación y el desconcierto, pero avisos hubo varios.