Mucho se ha dialogado y escrito, tanto en foros jurídicos, universidades, eventos sociales, o mesas de amigos, del porqué en nuestro país las leyes no se respetan.
México es uno de los países que más leyes y reglamentos posee, incluyendo los más de 1400 tratados internacionales, aunado a la jurisprudencia, que es otra fuente del derecho.
En otras palabras, tenemos mucho en el aparador, pero poco o nada en el almacén.
Nuestro país está inmerso en una maraña de legislaciones federales y locales, incluyendo la Ley de Amparo, cuyos juicios en su mayoría se sobreseen o son improcedentes por tecnicismos legales.
A la Suprema Corte de Justicia en México le son turnados aproximadamente 14 mil asuntos anuales, en cambio la Suprema Corte en USA, solo resuelve 63 cada año.
¿Por qué la gran diferencia? Pues porque en Estados Unidos, la mayoría los solucionan vía arbitraje, conciliación o convenios.
Ahora bien, en relación a la seguridad pública, en los países del primer mundo, los policías (Patrulleros, no mandos medios) son personas que la mayoría tiene un nivel académico de licenciatura, además están muy bien remunerados (sueldos equivalente a clase media).
En cambio en nuestro país, pocos o muy pocos policías, -algunos mandos medios- gozan de dichos privilegios.
En México, muchos delincuentes empezaron con violaciones menores, es decir, faltas administrativas, -multas- y de ahí pasaron a delitos comunes y después a graves. -prisión-
Y no se trata de cultura como mucha gente comenta, “es que en México nos falta mucha cultura, por eso somos un pueblo muy desordenado”.
Lo cuestionable es cuando una persona de cualquier parte de México o del mundo, ingresa a EE.UU, ¿Se vuelve culto? claro que no, se vuelve temeroso de ser sancionado o detenido.
En cambio en México, existen leyes y reglamentos similares que en EE.UU, pero la mayoría están de florero.
El elemento policiaco es el primer contacto que tiene un ciudadano en algún evento o conflicto, por tal motivo, debe estar sumamente capacitado, no solo para la prevención del delito, sino también, para responder acertadamente en la inmediatez cuando sucede algún siniestro.
A los policías se les exige, infinidad de pruebas y exámenes qué aprobar, físicos, conocimientos, psicológicos, de confianza, declaración patrimonial, e infinidad de documentos personales y hasta de familiares, si bien cierto, son filtros muy necesarios, también estas exigencias deben ser recompensadas con remuneraciones y prestaciones dignas, pues dichos elementos, además de exponer su vidas al laborar, son de los últimos eslabones del gobierno, en otras palabras, se les exige mucho y se les paga poco.