Cultura

Ver la música

El poeta español Eloy Sánchez Rosillo ofrece, en uno de sus poemas, una vía para escapar de la hiper conectividad del siglo XXI, y del horizonte homogéneo que nos endilga: “Cuánto misterio surge si suspendemos totalmente cualquier actividad y nos abrimos al ser que somos y a la realidad que nuestro alrededor nos da con creces”. Ese detenernos y abrirnos, de verdad, a la realidad que nos rodea, es un acto sencillo que nos conecta con eso que está fuera de nosotros, y es sencillo porque depende de nuestra voluntad, basta con atender, minuciosamente y muy en serio, lo que pasa a nuestro alrededor. 

El poeta sabe de lo que habla pues, en otro de sus poemas, nos cuenta cómo cuando era un niño observaba, con una enérgica concentración, el cielo estrellado y, “además de mirar tanto fulgor, podía oír la luz: se escuchaba ahí arriba como un rumor de enjambre laborioso”. 

Ese rumor que el poeta escuchaba, y que seguramente todavía escucha, al ver las estrellas, está relacionado con la música que produce el movimiento circular de los planetas, que Pitágoras era capaz de oír, una música que no era el “enjambre laborioso” que oye el poeta, sino un compendio organizado de sonidos que produce eso que él llamaba una sinfonía universal, la música de las esferas o de los cuerpos celestes, eso que sólo pueden escuchar quienes son capaces de conectarse con lo que está fuera de nosotros, una maniobra que en nuestro tiempo casi podría reducirse a apagar el teléfono y dedicar un rato a otear respetuosamente el horizonte. Los planetas son notas montadas en órbitas que son como las líneas, y los espacios, del pentagrama; se mueven a toda velocidad y el ruido que produce uno consuena con los ruidos de los otros y eso, necesariamente, genera una pieza de música que es el sonido astral que eran capaces de oír Pitágoras y sus pitagóricos, gente como nosotros que ponía atención a la realidad. 

Si el poeta Sánchez Rosillo puede oír la luz, nosotros tendríamos que ser capaces de ver la música de los planetas, aunque sólo sea para escapar, brevemente, de las fauces de la tecnología. 


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Jordi Soler
  • Jordi Soler
  • Es escritor y poeta mexicano (16 de diciembre de 1963), fue productor y locutor de radio a finales del siglo XX; Vive en la ciudad de Barcelona desde 2003. Es autor de libros como Los rojos de ultramar, Usos rudimentarios de la selva y Los hijos del volcán. Publica los lunes su columna Melancolía de la Resistencia.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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