El sábado pasado tuve la fortuna de ser invitado a presentar el libro “Tiempo Somos” del maestro Waldo Leyva. Profundo conocedor de nuestro idioma, con esta recopilación de ensayos don Waldo hace una inestimable aportación a la historia de la décima y la poesía en América Latina. Van para él estos versos:
Cuánta razón tiene Waldo
cuando afirma “Tiempo Somos”
su vida son 30 tomos
la mía, un Nokia sin saldo.
Estamos frente a un heraldo
domador del segundero,
un ensayista certero
que en un simple abracadabra
te aparece una palabra
y a veces un libro entero.
Nos acerca a los poetas
mayores que ha dado Cuba:
Guillén cantando en Yoruba
Martí y sus Obras Completas.
Boga en la rima y sus vetas
junto a Julián del Casal,
trovador fundamental
que al modernismo abre puerta:
su poesía no es lengua muerta
sino un torrente vital.
Nos habla del mestizaje
de la poesía cubana,
y uno se siente en La Habana
nomás oyendo el lenguaje.
Pues el crucial personaje
que nos reúne hoy aquí
no sólo habla de Martí
con total autoridad:
también de la oralidad
y del Indio Naborí.
Es el tiempo lo que ocupa
al juglar y al trovador,
aún el instante menor
que se quiere ver con lupa.
Cuando ese tiempo se agrupa
en años se llama vida,
pero es también la medida
del papel y hoy he aprendido
que es también tiempo invertido
cada página leída.
Así que no me demoro
y acabo con buen afán
porque aprendí en un refrán
de niño, que el tiempo es oro.
Hay un poeta en el foro
y a mí se me acaba el saldo,
como no traigo respaldo
ni pila en el celular
solo me queda agregar
felicidades a Waldo.
cortandorabanos@yahoo.com