Política

En todo el mundo, la democracia pende de un hilo

  • Ekos
  • En todo el mundo, la democracia pende de un hilo
  • Javier García Bejos

La vorágine del día a día y las luchas que hemos conquistado como sociedad, en algunas naciones más que en otras, nos dan la falsa idea de seguridad sobre el estado actual de cosas. En ese estado de cosas que a veces asumimos como inamovible se encuentra la democracia, que es mucho más frágil de lo que uno puede imaginar.

En días recientes han trascendido en distintos medios noticias sobre la crisis institucional y de derechos humanos que padecen varios países de Centroamérica como Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Ecuador (aunque este último no pertenece a Centroamérica). Estas naciones padecen actualmente de regímenes autoritarios que desdeñan por completo al aparato institucional que permite la vida en democracia con la instauración de estado excepción, disolución de contrapesos, persecución a opositores y a la prensa libre y en algunos casos extremos como el del país de la revolución sandinense, hemos sido testigos de la expulsión y expatriación de perseguidos políticos.

Personajes como Nayib Bukele, presidente de El Salvador y Daniel Ortega en Nicaragua parecen ser el modelo para otros líderes centroamericanos para poder perpetuarse en el poder y ejercer el mayor control posible en sus respectivos gobiernos, atropellando de paso leyes, derechos humanos y vidas de miles de personas.

El complicado pasado de muchos de estos países aún tiene heridas abiertas y eso ha impedido una completa instauración de un orden institucional, con efectiva división de poderes y contrapesos que puedan ponerle freno a los pulsos autoritarios que hoy ya gobiernan de facto en la región.

Ese cáncer, el del autoritarismo, desafortunadamente es muy contagioso y la actual situación en Centroamérica me parece que no debería subestimarse. ¿Por qué? Porque no se trata de un fenómeno aislado en esa región del continente americano y del mundo en general.

Hoy día estamos asistiendo a un repunte de regímenes autoritarios o de liderazgos de extrema derecha e izquierda y ya sabemos a dónde conducen los extremismos políticos. Europa y en Estados Unidos, por ejemplo, que durante los últimos 60 años han presumido ser el estandarte de las naciones libres y democráticas en el mundo, están atravesando por una profunda crisis en la que sus democracia penden de un hilo.

Para el caso Centroamericano, eso que llaman comunidad internacional apenas si ha volteado a ver el problema, lo cual me parece lamentable porque la región es un caldo de cultivo para muchos otros conflictos relacionados con la migración, la violencia, lo violación de derechos humanos, el completo desapego al Estado de derecho y la vulneración total del orden democrático y como lo mencioné unas líneas arriba, se trata de un cáncer que puede contaminar a todo el continente, cuya democracia en general tampoco goza de la mejor salud.

Esperemos que estos países puedan encontrar soluciones por la vía institucional a las tremendas crisis que enfrentan, porque de lo contrario, la amenaza para toda el continente me parece que será mayúscula.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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