En cuanto el muy humanista primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, mandó un urgente mensaje para que el gobierno mexicano se manifestara contra las acciones terroristas de los palestinos, con un tonito y un estilo instalado en lo que viene siendo el melodrama ranchero, la neymariña y la “vistimización”, de inmediato pensé en que el buen hombre había sido asesorado por Markititititiitititito Cortés, Javier Lozano y Jelipillo Calderón, expertos en la materia.
Digo, por la manera en que estaba redactado el tuit del Trump de Tel Aviv, cualquiera diría que ese país, donde se han refugiado los grandes de nuestra patria (Videgaray, Roemer, Tomás Sembrón, y seguramente para allá iba Kamel Nacif, a la tierra prometida cuando lo agarraron en Líbano), estaba prácticamente destruido por las pedradas y las resorteras de sus enemigos. Incluso recurrió al viejo truco que casi ni se nota manido de alegar que los Hamás, Hamás, has dejado de ser mía, se esconden tras mujeres y niños para hacer sus fechorías. Algo que te hace pensar que, si en efecto es así, entonces por qué en vez de detener el lanzamiento de sus misiles para no afectar a los civiles, mi Benjamin de manera muy empática mejor los intensifica. Y para que vieran que es un santo, les avisó a medios como Al Jazeera y AP que se salieran en friega de un edificio porque lo iba a bañar en fuego.
Don Netanyahu debe estar muy triste porque ya no esté en la Casa Blanca su brother Donald Trump porque ya le habría echado una manita aventando napalm contra sus acérrimos enemigos que osan ser sus vecinos incómodos que nomás no se van a vivir a otro cielo donde no arruinen con su pobreza y subdesarrollo el paisaje.
De hecho, estoy esperando que, en cualquier momento, tomando en cuenta que los armamentos de ambos países son igualititos (aunque hay gente malvada que afirma que los palestinos traen de juguete y los israelíes de ultimísima generación), Enrique Krauze declare a don Netan como el Gandhi del Medio Oriente y el Mariano Otero de los kibutz.
Lamentablemente el gobierno mexicano no apoyó la moción de mi Benjas mandando a la Guardia Nacional a la franja de Gaza, y más bien hizo un extrañamiento porque la ONU -como si estuviera dirigida por Almagro- no se ha manifestado para exigir al cese al fuego. A menos que el señor Guterres esté negociando con la Academia Sueca para que le otorguen el Premio Nobel de la Paz a tan alto estadista.
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