De los creadores de “Ez de ke la torre del aeropuerto está chueca”, “Avajo el Mozimismo”, “Azi No Anlo”, y “La vakunas rusas nos van hacer komunistas” se presenta: “El tren a Santa Lucía no existe, son los papás”, protagonizado por el expresichente Felipe que piensa que ve más allá de lo evidente y que está malito de su derechairismo quiso creer que el tren que va al Aeropuerto Felipe Ángeles es una fake news.
El chiste fácil es decir que el expresichente Calderón andaba de parranda y por eso alucinó que el tren era política ficción como diría de su Baby Yoda, Charly Salinas. Que por eso, además de elefantes rosas, solo ve hologramas ferroviarios tipo los memes de Latinus hechos con las patas. O sea, si Jelipillo quería superar a Loret en materia de montajes, mejor hubiera imaginado a AMLO en el Expresso de Hogwarts.
Digo, no se vale reírse de un distinguido político voxista-prianchuchista que, bajo los efectos de las cubanderas cree que construyó una refinería donde no hay más que una barda, que su narcoguerra fue bullying y que la Estafa de luz no es al atraco, y que así es capaz de confundir al Tren maya con el trenecito de Chapultepec.
Curioso que a pesar de sus antecedentes, todavía hay distinguidos periodistas que le siguieron la coreografía a Jelipillo al ritmo de “Payaso de rodeo”. O sea, le creyeron al señor que inventó que había construido hospitales y laboratorios de medicamentos. A lo mejor traían el mismo nivel de Tonayán y se les olvidó que el expresichente, creador y criador de la Estafa de luz, no quiso ver que su compadre García Luna Productions era el mandadero del Chapo Guzmán. O sea.
Hay cosas que no son falsas pero se exageran, pero hay quienes son falsos y además exageran como Jelipillo, que ya está a un strike de ser oficialmente más aburrido y predecible que Ricardo Anaya. Entre él, Markitititititito Cortés y los Chuchos Del PeRdeDeré, tienen tanta capacidad para el entretenimiento como la inflada candidatura presidencial de alguien al que se le recuerda solo por ser el hijo de Colosio.
Lo único más ridículo, fue la llegada de Muñoz Ledo a MC con una sonrisita de Dante Delgado —el muchacho chicho del partido gacho—como si hubiera reclutado a Messi y no a una muy decadente versión de la Chofis López. Si Dante fuera árbitro, tampoco hubiera marcado el penal que le robaron a los Pumas.
Ese Jelipillo nada más está desprestigiando a los borrachos que somos gente decente. ¡Quítenle el celular!
Jairo Calixto Albarrán
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