En medio de la pandemia de covid-19, el rechazo, la discriminación y la exclusión hacia las personas migrantes se mantiene en aumento, a pesar de que el camino para enfrentar las adversidades se encuentra en el establecimiento de lazos de apoyo y fraternidad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lamentó que no se estén respetando los compromisos adoptados por la mayoría de los países contra la discriminación hacia quienes salieron de sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades. El Pacto Mundial para la Migración aprobado en 2018 se mantiene como una carta de buenos deseos ante los pendientes para implementar acciones en busca de mejorar la vida de los migrantes, ayudándoles a integrarse en los países de acogida, expandiendo y diversificando las vías regulares y fomentando la colaboración. Como lo dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, el covid-19 demostró que el mundo está lejos de tratar a los migrantes como lo merecen, es decir, como seres humanos que buscan mejores condiciones de vida.
La discriminación y el rechazo contra los migrantes se aprecia en diferentes partes del mundo y el territorio mexicano no es la excepción. Las autoridades mexicanas se buscan consolidar como un muro contra los flujos de migrantes; mientras que la sociedad civil trata a los llamados sin papeles como objetos, como seres que no tienen valor.
Durante la pandemia de covid-19 que en México comenzó en marzo de 2020, se apreció que los migrantes son excluidos de las medidas de recuperación y siguen sin acceso a los servicios básicos de salud y de protección social.
Dentro del territorio mexicano se tienen registradas, al menos, cinco rutas por las que pasan los migrantes con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos: Golfo de México; Pacífico Sur; Centro Golfo; Centro Pacífico y Pacífico Norte. En medio del rechazo hacia los migrantes, la mayor parte de quienes ingresan de forma irregular al territorio mexicano, 95 por ciento, ingresa por puntos informales ubicados en la frontera sur del país que se compone por más de mil 149 kilómetros.
En el límite que se forma con Guatemala y Belice, existen 11 puntos de tránsito internacional terrestre legal; mientras que el gobierno de la República Mexicana tiene detectados hasta 370 lugares de tránsito informal.
La aplicación de las mismas fórmulas ante la migración de personas se traducirá en los mismos resultados: seres humanos que son buscados por las redes del crimen para incorporarlos a sus filas o para robarles. Es momento de que todas las naciones y todas las sociedades cambien sus políticas migratorias y se establezcan lazos de apoyo y fraternidad.
Jaime Zambranojaime.zambrano@milenio.com