Política

Va de nuez

En 2018 Gustavo Madero fue traicionado por Ricardo Anaya. El individuo al que le dio todo su apoyo, simple y sencillamente lo traicionó.

Madero confesó que uno de sus peores errores políticos como presidente del PAN fue impulsar a Anaya como diputado federal y ponerlo al frente de la coordinación de la bancada de su partido en San Lázaro. Con argucias, Anaya presidió la Cámara. Se adueñó de la Secretaría General del partido. En su condición de presidente interino, se apropió de la dirigencia nacional. Madero calificó ese artero acto como una falta total de probidad.

Debido a esa falaz maniobra, varios panistas de dudosa reputación: Felipe Calderón, Margarita Zavala, Javier Lozano, Ernesto Cordero y otros, acusaron a Anaya de destruir al partido y de actos de corrupción. Hoy día, la FGR persigue a Anaya por supuestos sobornos a exlegisladores panistas para avalar la reforma energética. El “buen hombre” anda a salto de mata para evadir a la justicia.

Como si Calderón no tuviera cola que le pisen, en 2018 acusó a Anaya de ser un demagogo y de haber fracturado al PAN, al no implementar una elección democrática para la candidatura presidencial, por la cual su esposa suspiraba. Malevolamente, Anaya le bloqueó sus pretensiones. Margarita se hizo la digna y renunció tras 33 años de militancia en ese partido. Se fue por la libre y falsificó firmas para que el INE la reconociera como candidata independiente. Después del ridículo que hizo en el primer debate, ya no regresó al segundo.

En el PAN están extraviados, no saben si son del centro, de derecha o de extrema derecha. No aciertan a estructurar una estrategia para encabezar un posición seria. En su cuenta de Twitter, Madero externó su preocupación: “Una vez más, el PAN está en riesgo de captura y cooptado por su inoperante dirigencia”. Agregó: “No debemos permanecer en silencio ante la actual situación del partido, de hacerlo seríamos cómplices”.

Esta declaración de Madero ocurre luego de que Marko Cortés, a pesar de su inoperancia, se perfila como candidato único para permanecer al frente de la dirigencia nacional del PAN hasta 2024. Como no cuentan con una figura que sobresalga para la grande en 2024, en cualquier momento Cortés se auto-designará candidato. Sucedió en 2018 con Anaya. Va de nuez.

Adriana Dávila y Gerardo Priego, los otros dos panistas que buscan la presidencia del PAN, acusaron que el proceso interno del partido fue una simulación para beneficiar a Cortés. Un secreto a voces que corre en los pasillos panistas, es que (al estilo Margarita) falsificaron firmas para apoyarlo. Dávila afirma que en  la recolección hubo una estructura controlada y cooptada, con amenazas de despido a quienes no firmaran para respaldar al susodicho.

Colofón

Cortés presume tener el apoyo de los gobernadores panistas actuales y los recientemente electos. Afirma que otro que se sumó a su causa es Vicente Fox. Muchos panistas dicen que eso no es para presumir, más bien debiera avergonzarse. Además, Fox ya no es panista, es una veleta.

Jaime Marín

jaimemarinsr@jmarin.com


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