El ejercicio puede ocasionar alergias, durante o después de realizarlo. En otoño inicia el periodo del año en el cual se acentúan las afecciones respiratorias, el ejercicio puede también incrementarlas o desencadenar una crisis.
Con frecuencia, el ejercicio desencadena crisis de asma en personas asmáticas, pero también hay personas que solo tienen asma cuando practican ejercicio. El ejercicio puede desencadenar o empeorar el asma porque al respirar rápidamente enfría y seca las vías respiratorias, que, al calentarse de nuevo, se contraen ocasionando el espamo bronquial. Es por esto que el asma provocado por el ejercicio físico es más frecuente en estas épocas del año. Sin bien, los medicamentos utilizados para tratar el asma por lo general evitan que los síntomas aparezcan durante el ejercicio, el estar físicamente en forma y aumentar gradualmente la intensidad y duración del ejercicio, también ayuda.
Existe un tipo particular de asma, el asma inducido por ejercicio, condición muy diferente al asma provocada por alergias, Esta afección puede aparecer aislada y, de hecho, los pacientes no tienen síntomas clínicos de asma en condiciones normales, solo los desarrollan cuando practican ejercicio.
La natación está especialmente indicada para quienes presentan esta condición, porque se realiza en condiciones cálidas y húmedas, sin embargo, se expone a inhalar cloro, que es irritante para las vías respiratorias. Para evitarlo, debes vigilar la concentración de cloro en el agua, controlar el tiempo de exposición y observar la reacción de tu cuerpo.
Cuando empezamos una actividad física por primera vez todos nos cansamos, sentimos fatiga y sensación de ahogo. En los pacientes asmáticos, tanto niños como adultos, que no han hecho deporte antes, estas sensaciones son todavía más fuertes. Por ello, la adaptación del paciente con asma a la actividad deportiva debe ser progresiva, para que con el tiempo aprenda a distinguir entre la sensación de ahogo por la fatiga normal por el ejercicio intenso y la sensación de asfixia por una crisis de asma.
Otras manifestaciones de la alergia ocasionadas por el ejercicio, aunque poco frecuentes, se observan con más frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes, ocasionando síntomas leves pero molestos, como prurito o comezón, calor local, rinitis y conjuntivitis, u otros más intensos como la urticaria generalizada, edema de piel y mucosas-, dificultad respiratoria e incluso el choque anafiláctico.
El mecanismo exacto de alergia inducida por el ejercicio sigue sin ser claro, se sospecha que la actividad física induce la liberación de sustancias, por los mastocitos, las cuales desencadenan la reacción alérgica.
Raramente, el ejercicio intenso desencadena una reacción alérgica severa, potencialmente grave.
Quienes presentan esta reacción es por asociación a la ingesta de un alimento específico, generalmente trigo o camarones, antes de hacer ejercicio. Esta reacción anafiláctica es potencialmente mortal.
Quienes han padecido una reacción anafiláctica provocada por el ejercicio deben evitar la modalidad de ejercicio que desencadenó la crisis, así como el comer, antes del ejercicio, el alimento identificado que causa la reacción alérgica, más bien, evitarlo siempre. Más vale prevenir.
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