Para defendernos del derrumbe, siempre vamos hacia la música. Durante las jornadas de vacunación contra la peste, ¿qué ocurre en las carpas? Se acomoda aquí un arpa, allá un piano eléctrico, e interpretan una extraña improvisación en torno al “Vals sobre las olas”, de Juventino Rosas cuyo sonido, un poco a salón del Porfiriato y un poco a bar de Sanborns, infunde valor y alegría.
El terror es más soportable si se enfrenta con música. ¿Qué sería de nosotros durante el encierro sin Ángela Peralta, Eugenio Toussaint, Alicia Urreta, Mario Lavista o Ana Lara?, ¿qué sería de la vida sin personas que construyeran dimensiones sonoras?, ¿cómo sanaríamos el sufrimiento?, ¿adónde llevaríamos nuestro duelo?, ¿cómo evitaríamos la amargura? Sin música, no tendríamos posibilidades. ¿Y qué sería de México sin música mexicana? Una patria rota y desgraciada.
La música nos acerca hacia lo inexplicable, pero no es prioritaria en ninguna agenda política. Y la historia de la música mexicana estaría por siempre silenciada de no ser por la existencia de Urtext, sello discográfico independiente cuyo catálogo comprende más de 400 títulos que abarcan, justamente, 400 años de música mexicana: desde Manuel de Sumaya (1678-1755) hasta Diana Syrse (1984).
La incertidumbre nos lleva hacia la angustia y, ante un futuro tan poco claro, la angustia nos asfixiaría… si no existiera la música. Entonces se vuelve urgente descubrir quién ha imaginado dimensiones sonoras cerca de nosotros a partir de formas, gustos e imágenes compartidas.
¿Qué personas mexicanas vivas se dedican a crear con sonidos? Sin importar género, estética o edad, Urtext se dedica a difundirlas: Alexis Aranda, Hebert Vázquez, Gabriela Ortiz, Arturo Márquez, Francisco Cortés Álvarez, Mono Blanco, Marcela Rodríguez o Juan Pablo Conteras. Urtext está dirigido por Marisa Canales (quien lo fundó en 1995) y Alicia Ayala, ambas mujeres de música, y su trabajo (nominado tres veces al Grammy Latino), en estos tiempos tristes, ha ofrecido salidas hacia la vida en medio de tanta muerte.
Del 1 al 5 de diciembre, Urtext organizará su segundo festival en formato híbrido (conciertos virtuales y presenciales en el Museo Franz Mayer), que será una celebración de vida. Y es que contra el derrumbe, siempre vamos hacia la música. La música salva de su intrascendencia a la experiencia humana, y es en épocas trágicas cuando el sonido adquiere una descomunal importancia. Durante las jornadas de vacunación contra la peste, ¿qué ocurre en las carpas? Entre las mesas con jeringas se acomoda una soprano con guitarra y canta “Júrame” de María Grever en una versión ascendente, que comienza en murmullos y termina con la voz vibrando inmensa por todo el aire, y entonces una persona paralizada a causa del miedo de pronto se pone de pie, y ahí, con el lado izquierda de su blusa aún arremangada, comienza a bailar.
Hugo Roca Joglar