Cultura

La medida de todo

  • LUNES DE RAMOS
  • La medida de todo
  • Heriberto Ramos Hernández

¿Ha visto usted un metro? ¿Alguien ha visto un kilogramo?

No. Jamás nadie ha visto un metro y tampoco un kilo. Porque un metro no es una cosa. Es una medida de la longitud de las cosas.

Es así como sólo podemos ver un metro de tela o un kilo de sabroso queso asadero.

Las unidades de medida son aumentos o disminuciones en una escala abstracta que únicamente cobran sentido y materialidad en relación con las cosas que miden.

En Octubre de 1960 dio inicio la Conferencia General de Pesos y Medidas. La misión de los allí reunidos fue estandarizar mundialmente la medida de todo.

Se reconocieron seis unidades elementales de medida. 

El metro para la extensión lineal, el kilogramo para la masa, el segundo para el tiempo, el grado Kelvin para la temperatura, el watt para la luminosidad, y el amperio para la corriente eléctrica.

Antes de esta convención metrológica global las medidas de las cosas eran acuerdos locales. Cada comunidad media las cosas según fuera más útil y conveniente.

Un campesino francés podía medir su tierra en aras. Un ara era la extensión de tierra que un hombre ayudado por un buey podía arar en un día. 

Otro en México podía medir su tierra en surcos necesarios para producir una carreta de maíz.

El whisky se media en gills, la cerveza en pintas, y el combustóleo en galones.

Estandarizar las unidades de medida hizo posible la fabricación y el comercio global, pero también provocó que a nivel local las mediciones perdieran mucho de su significado concreto.

Nunca será lo mismo que un ribereño te informe que la anchura del rio es de dos kilómetros a que te advierta que la distancia de cruce son dos mil ochocientas brazadas.

Estandarizar la medida de las cosas de la realidad física fue relativamente fácil.

La vida colectiva y los acuerdos implícitos para el funcionamiento de las sociedades modernas también tienen medidas estándar que tampoco son cosas reales.

Sé que nunca es fácil comprenderlo: pero veamos el dólar. El dólar no es riqueza. Es sólo la unidad dominante en la medición de valor económico.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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