Negocios

Proyecciones limitadas

  • Economía empática
  • Proyecciones limitadas
  • Héctor Farina Ojeda

Las perspectivas para las economías latinoamericanas en 2025 no son las mejores. De acuerdo al informe Situación y Perspectivas para la Economía Mundial 2025, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), América Latina tendrá este año un crecimiento promedio de 2.5 por ciento, cifra que representa una mejoría frente al 1.9 por ciento de repunte de 2024 aunque sigue siendo escasa frente a las necesidades sociales que demandan tasas de crecimiento superiores. Si comparamos a la región con el resto el mundo, los pronósticos son levemente inferiores: el promedio de crecimiento estimado para la economía mundial es de 2.8 por ciento, según la ONU.

En el mismo sentido, las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) son un poco más optimistas: auguran 3.3 por ciento de crecimiento en la economía mundial en 2025, en tanto para América Latina calculan un repunte de 1.7 por ciento, aunque solo analizan siete economías: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Perú. Para Estados Unidos, la previsión de la OCDE es que crezca 2.4 por ciento en 2025.

En este contexto, las perspectivas para México son limitadas: la ONU cree que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) seguirá siendo lento y que alcanzará 1.3 por ciento, luego de una cifra estimada de 1.6 por ciento en 2024. Para la OCDE y para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) el crecimiento mexicano será todavía más moderado: apenas 1.2 por ciento en 2025.

A grandes rasgos, la economía global tendrá un crecimiento moderado de alrededor del tres por ciento anual, las economías latinoamericanas en promedio estarán por debajo de esas cifras, y la economía mexicana todavía más abajo. La desaceleración del dinamismo económico ubica a los países latinoamericanos en la trampa del escaso crecimiento con todas sus consecuencias cercanas: no se generarán suficientes empleos, no habrá disminuciones importantes en los niveles de pobreza ni se podrán esperar mejorías en la calidad de vida de millones de personas.

En el caso de México es una realidad acostumbrada. En las últimas tres décadas la trampa del crecimiento escaso - de alrededor de dos por ciento promedio-, los empleos formales que no alcanzan, la informalidad dominante y la desigualdad han persistido, aunque en los últimos años se ha dado una recuperación progresiva e importante del salario mínimo. Estamos ante una economía grande que se mueve en forma lenta y que cuando genera riqueza no alcanza a distribuirla de forma que llegue a los segmentos más necesitados.

Ante un contexto internacional lleno de incertidumbres, la pregunta es cuáles son las fortalezas que se deben apuntalar para romper el cerco de las proyecciones limitadas, el escaso crecimiento y la insuficiencia en la cantidad y la calidad de los empleos. ¿En qué sectores estratégicos hay que invertir, innovar y crecer? Yo digo que en educación, primero, y en ciencia y tecnología después. Lo demás viene por añadidura.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.