Negocios

No perder de vista el empleo

  • Economía empática
  • No perder de vista el empleo
  • Héctor Farina Ojeda

Con la crisis comercial desatada por los aranceles, con la incertidumbre y con la desaceleración de las economías latinoamericanas, uno de los puntos más sensibles es el empleo. Cuando la economía crece poco, cuando el dinamismo, la inversión y el emprendimiento se resienten, el mercado laboral siempre resulta afectado: en cuanto a su capacidad de generación de puestos de trabajo, en cuanto a la calidad de los empleos, en cuanto a las posibilidades reales que representan para que la gente gane un buen salario y pueda mejorar sus condiciones de vida.

En América Latina, con un pronóstico de crecimiento de 2.2 por ciento para 2025, la generación de empleos se ha desacelerado y esto nos lleva a un escenario conocido: se crean menos puestos de trabajo de los que necesita el mercado. Y esto se da en el contexto de economías altamente desiguales y en algunos casos con niveles de pobreza que superan el 50 por ciento de la población. Tenemos problemas de empleos insuficientes, así como de empleos de mala calidad, que pagan poco y que son informales en prácticamente la mitad de los casos.

En una mirada más cercana, el toque de alerta lo dio el Banco de México: la economía mexicana generará este año -como máximo- 200 mil puestos de trabajo formales, lo que representa una disminución del 13 por ciento frente al año anterior. Y los pronósticos apuntan que para el año que viene se podrían generar entre 260 mil y 460 mil empleos formales. Es decir, la generación de empleos formales se encuentra muy lejos de la necesidad de más de un millón de plazas por año para atender la demanda de la fuerza laboral joven que se suma al mercado y de los que se encuentran desempleados o subempleados. Y esto, desde luego, significa que nuevamente la informalidad será el gran campo de oportunidades para millones de personas.

Al igual que los países latinoamericanos, México se enfrenta al gran reto de generar empleos de calidad, de disminuir la informalidad y de hacer que mercado laboral se convierta en una oportunidad real para que millones de trabajadores mejoren su nivel socioeconómico y puedan salir de la pobreza. Los mexicanos son los que más horas le dedican al trabajo dentro de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pero también son los que menos ganan, los que más padecen enfermedades relacionadas al estrés laboral y los que tienen una movilidad social muy baja: sólo el 4 por ciento de los que nacen en hogares en pobreza logran ascender a los niveles más altos de ingreso.

En el contexto de los aranceles, las incertidumbres y las negociaciones, no debemos perder de vista la urgencia del empleo digno, del que se necesita para mejorar los ingresos y la calidad de vida, para disminuir la pobreza y para representar una esperanza real. Hay que seguir buscando la manera de que el trabajo sea formal, con prestaciones, previsibilidad y con un justo reconocimiento para los trabajadores. Si quieren saber cómo está la economía, miren la calidad de los empleos.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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