Si bien este fin de semana inicia la postemporada, hoy no analizaré los juegos.
Y es que la era de Bill Belichick con los New England Patriots terminó.
Se cierra una de las etapas más gloriosa de un entrenador en la NFL, el más grande de los últimos 20 o 30 años.
Belichick es un tipo antipático, con muy poco ángel para atraer multitudes; incluso su trato con la prensa y los aficionados parece soberbio.
Sin embargo, analizando con frialdad sus números, sus logros y su legado, se trata de uno de los entrenadores más grandes en la historia y el más destacado, por mucho, en lo que va de este siglo.
George Halas, Don Shula, el mismo Vince Lombardi y Tom Landry, pudieron brillar por muchos años en la NFL.
Sin embargo —salvo Shula—, lo hicieron en una época en la que no existía el tope salarial. Seleccionaban buenos jugadores y terminaban su carrera en un mismo equipo, plagado de grandes estelares.
Belichick —excepto por Tom Brady— tuvo que hacer ajustes en múltiples ocasiones para mantener a su equipo brillando por más de dos décadas.
No cabe duda de que Belichick tiene un lugar asegurado en el Salón de la Fama: logró más títulos que nadie en la época del Super Bowl, se cansó de obtenerlos en los divisionales, y ni qué decir de llegar al Juego Grande —lo hizo en nueve ocasiones, ganando seis veces el Trofeo Lombardi—.
En 24 años, con los New England Patriots, ganó 266 partidos y perdió solamente 121 para un porcentaje de .687.
Además, triunfó en 30 de los 42 partidos que dirigió en. postemporada, para un porcentaje de .714. Aparte de los Patriots, Belichick dirigió previamente a los Cleveland Browns de 1991 a 1995, para tener en su carrera un récord global de 467 partidos dirigidos, con 302 victorias y 165 derrotas.
Sus detractores señalan y señalarán siempre que Belichick pudo brillar gracias a Tom Brady como quarterback; sin embargo, merece el reconocimiento ganado a pulso.
El quarterback número 12 no hacía todo solo; “El Monje” y sus entrenadores convirtieron a jugadores del montón en estelares y pudieron mantener al equipo en la cima por más de 20 años, algo digno de reconocimiento tomando en cuenta la cuestión del tope salarial.
Las dos principales críticas hacia Belichick pueden ser por el escándalo de los balones con menos aire, o bien, que se robaba las señales.
Sin embargo, pudo lograr que jugadores brillaran solamente en New England; marcó un parteaguas y muchos de los aficionados de 20 a 40 años son seguidores de los Patriots gracias a Belichick y Brady.
Belichick llegó a la NFL como asistente especial de los Baltimore Colts en 1975, con sólo 23 años de edad.
En 1976 se fue con los Detroit Lions como asistente de equipos especiales, y al siguiente año lo ascendieron como entrenador de receptores.
En 1977 emigró a los Denver Broncos como asistente defensivo y de equipos especiales por un año, ya que en 1979 se fue a los New York Giants, con quienes estuvo hasta 1990, finalizando su era con ese equipo como coordinador defensivo.
Los Cleveland Browns le dieron su primera oportunidad como head coach a los 39 años, dirigiendo sin pena ni gloria al equipo hasta 1995.
De ahí se fue con los New England Patriots por un año, como entrenador de backs defensivo.
Al año siguiente lo contrataron los New York Jets como coordinador defensivo por 3 años, para regresar a los 48 años de edad a los New England Patriots para la historia ya por todos conocida.
Para quienes señalan que Belichick no tenía buen ojo en el draft, basta mencionarles que en su primera temporada como head coach de los Patriots, seleccionó en la sexta ronda del draft del 2000 a Tom Brady, proveniente de Michigan, un joven que no llamó la atención de nadie, salvó de él, y que se convirtió en el que, para muchos, ha sido el mejor jugador de este deporte.
En ese entonces, Brady era el cuarto quarterback del equipo, por debajo de Drew Bledsoe, John Friesz y Michael Bishop, con una ofensiva número 25 de la liga y la defensiva número 17. Al año siguiente ganaron su primer Super Bowl de la mano del GOAT, y ya con la sexta mejor defensiva y la sexta mejor ofensiva.
A Belichick le pasó lo mismo que les ha pasado a otros entrenadores: se hizo viejo, pero se mantuvo fiel a sus creencias.
Creyó que pagando poco y exigiendo mucha disciplina iba a ser suficiente para mantener al equipo en la cima; sin embargo, su modelo se agotó, se desgastó y perdió la magia.
Parte importante de su fracaso en los últimos años en New England se debió a que no fue capaz de suplir a Brady con un buen jugador. Primero confió en que Cam Newton sería la solución, pero fracasó rotundamente.
Al siguiente año seleccionó a Mac Jones y fue una llamarada de petate de una sola buena temporada; se aferró a él y nunca pudieron recuperar la brújula.
Actualmente, siete equipos buscan entrenador y seguramente a más de uno le resultará atractivo contratar a Belichick.
De hecho, el que más insistentemente suena para ello son los Atlanta Falcons, un equipo con muy poco talento y al que le llevaría unos años poder regresar a un papel importante.
En lo personal, creo que Belichick debería retirarse. Ya no tiene nada qué demostrar, ganó todo. Será difícil, a los 72 años, poder construir un equipo contendiente, y la liga ha cambiado mucho en los últimos tiempos.
Además, “El Monje” tiene ya su lugar asegurado en el Salón de la Fama.